No hay nada mejor para revivir momentos especiales que saborearlos de nuevo, regresar a la infancia en casa de la abuela por ese olor a mole o recordar esa primer cita con el amor de tu vida gracias al corte de carne y la pasta que pediste. Por eso y más es magnífica la comida, sobre todo si estás viajando. Por si fuera poco, el placer que sentimos al comer se puede comparar con el de un encuentro íntimo. No es coincidencia que en la boca se encuentren dos increíbles puntos erógenos del cuerpo: la lengua y los labios. En este listado te presentamos los mejores destinos para foodies.
Tres destinos gastronómicos para viajeros foodies
París, Francia
La ciudad del amor y la comida. Dale el toque dulce a la relación con los croissants, baguettes y crepas recién preparadas. El paseo culinario sigue con sus deliciosos pasteles y panes de alta repostería. A medio día un galette de jamón, queso y huevo, la especialidad de la casa. Por la tarde es momento de la raclette, una mezcla de quesos fundidos con jamón serrano y papas para agarrar fuerzas y recorrer todos los rincones de la capital del amor. Por último, la noche se llena de sensualidad con los escargots de Bourgogne y una botella de vino. Todo esto ocurre en el romántico escenario parisiense donde las parejas llegan para terminar de enamorarse de la comida.
Tokio, Japón
Tokio tiene los restaurantes más trendy del mundo. Su especialidad se basa en ingredientes marinos. Para la entrada están el ramen y udon, después llega el tonkatsu o las aclamadas tablas con decenas de rollos de sushi. Cuando estés allá, olvídate de los típicos restaurantes de comida rápida de los monopolios norteamericanos, pues en cada esquina de esta ciudad se encuentran pequeños puestos que ofrecen el lunch set o teisoku a precios que se adaptan a todo tipo de bolsillo. Entro los platillos más recurrentes están el gyudon, katsudon y tendon.
Barcelona, España
Barcelona es una región con gran tradición culinaria. Se dice que aquí, en 1477, se imprimió el primer libro de cocina de toda España. Para el recetario de este país se utilizan ingredientes que provienen del las altas montañas que rodean la zona y de la costa del Mar Mediterráneo. Así se forman los platos llamados “mar y montaña”, donde se refleja claramente la fusión de estos productos. De este modo Barcelona se convierte en uno de los mejores lugares para viajar, amar y comer sin remordimiento, pues si de pronto hay un exceso en la comida, bastaría visitar alguna obra de Gaudí para bajar la barriga. Uno de los destinos para foodies que más riqueza tiene en cuanto a cultura e historia.
Florencia, Italia
Un viaje a Italia incluye grandes monumentos históricos, iglesias y museos, pero sobre todo, deliciosa comida. Como dato curioso, el pan con el que se acompañan la mayoría de sus comidas no tiene sal, porque hace muchos siglos, la rivalidad entre Pisa y Florencia bloqueó el insumo de este ingrediente. Desde entonces se quedó la costumbre de preparar el pan en hornos de leña, que le dan un toque único a su platillos. Si prefieres algo más elaborado está el Panino con lampredotto, un bocadillo relleno de lampretoodo, una parte del estómago de la ternera que se hierve y se acompaña con verduras y especias. Y nada como las tradicionales pastas y salsas de jitomate para probar todo.
Bangkok, Tailandia
Los habitantes de Bangkok se parecen mucho a los mexicanos, pues tienen la costumbre de comer a todas horas, por tal motivo hay miles de puestos de comida repartidos por todas sus calles. Allá comprar los alimentos es una fuerte costumbre, pues muchos habitantes no tienen cocinas en sus hogares. Así las calles se convierten en un perpetuo restaurante donde hay diversos platillos de todos los precios. Uno de los preferidos es el Tom Yum Kung, sopa que lleva camarón, lima, hongos y un montón de especias y condimentos.
Copenhague, Dinamarca
Siendo uno de los países con más clase del planeta, la comida de Copenhague está más orientada a las especialidades naturales y ecológicas puesto que utilizan productos de estación, frescos y producidos a escasos kilómetros de distancia. Para los daneses el desayuno es la comida más importante y abundante de todas, aunque durante el día también se puede disfrutar de un ovnstegt gás o ganso al horno. Aunque éste y muchos otros platillos sean deliciosos, lo más económico es comprar todos los ingredientes y prepararlos en alguna cocina, porque Copenhague también tiene la fama de ser una de las ciudades más caras de Europa.
Oaxaca, México
Nada mejor que no tener que ir tan lejos para disfrutar de lo mejor, éste es el caso de Oaxaca. La comida típica compite y le gana a otros platillos del mundo porque su elaboración es en su mayor parte artesanal. El mole oaxaqueño, por ejemplo, puede estar preparado por cientos de ingredientes que son mezclados para dar forma a un platillo único. Otras grandes recetas son las del pozole mixteco, tlayudas, arroz con chepiles, chiles rellenos de sardinas, por citar algunos. Además de contar con el mejor sabor de México, el estado mantiene vivas las tradiciones más bellas del país. Sin duda uno de los destinos para foodies que más turistas trae al país.
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