Un roadtrip por los sabores de baja. Restaurantes dentro de vinícolas que no te debes perder.
Por: Fernanda Hernández @ferhernandez_v
Corazón de tierra, dentro de Vena Cava
Aquí́ no hay menú́, la inspiración comienza en el huerto y en los productos disponibles de la zona, como la sal de San Felipe, los pescados, los mariscos y el aceite de oliva de la región. Catalogado como uno de los mejores 50 restaurantes de Latinoamérica, su chef Diego Hernández Baquedano tiene una filosofía que se basa en rescatar lo que la tierra ofrece sin intervenir en el entorno natural. En el huerto se cultivan hortalizas, cítricos, árboles frutales y hierbas aromáticas que alimentan la cocina diariamente. Entre las ultimas creaciones que probamos está el pulpo de Guerrero Negro en consomé́ de acelga fermentada, así́ como la papa con longaniza de Valladolid acompañada de cebolla y crema entera.
Rancho San Marcos Toros Pintos S/N, km 88 +299, Toros Tintos Francisco Sarco, Ensenada
TrasLomita, dentro de la vinícola La lomita
Aroma a lavanda y la nota fresca de los olivos te acompañan a través de la vereda que lleva a TrasLomita, restaurante campirano con sabores locales aterrizados en una carta muy mexicana. Primero se fundó vinícola La Lomita y luego el restaurante, que lleva apenas tres años. A su mando está Sheyla Alvarado, una joven creativa que trabaja con producto local. Sus platillos son familiares y se comparten en mesas comunitarias decoradas con jarrones llenos de romero. Aquí no hay paredes ni techos altos, la decoración son las montañas, el cielo estrellado y los viñedos; desde tu mesa se puede ver a la chef cortando una enorme pieza de carne o aderezando de manera elegante un pequeño postre. La mayoría de los ingredientes se cosechan por las mañanas y los pescados, carnes y aves se compran a productores de la zona.
Comunidad de San Marcos, Fraccionamiento 13, San Antonio de las Minas, Ensenada
Ruta del vino, 5 vinícolas para enamorarte de Ensenada
Fauna, dentro de la vinícola Bruma
El árbol que se encuentra en la vinícola de Bruma es un referente de Fauna que significa volver a las raíces. En su cocina, David Castro rescata el aliento que muchas veces se descarta por ser imperfecto y lo convierte en una cocina honesta y creativa. Cabe destacar que el menú́ es experimental, nunca se sirve lo mismo, aunque sí se sigue la línea de una cocina de campo. La parte dulce está a cargo de Maribel Aldaco, quien trabaja con técnicas francesas. Sus postres siempre tienen tres elementos fundamentales: textura, frescura y dulzura moderada. La barra cuenta con destilados mexicanos y la carta de vinos es autoría del chef. Cada botella fue elegida cuidadosamente y muchas son de consumo local, de añadas que solo entre amigos restauranteros y enólogos se comparten en el Valle.
222760, Valle de Guadalupe, Ensenada