El atole es una de las bebidas tradicionales más emblemáticas de México, conocida por su versatilidad y su capacidad para adaptarse. Aunque en su mayoría se asocia con sabores dulces, como chocolate, nuez o vainilla, los atoles salados ocupan un lugar especial en las tradiciones culinarias mexicanas. Esta variante no solo es una muestra de la riqueza gastronómica del país, sino también de su historia, al ser un vestigio de la dieta prehispánica y de la adaptación culinaria. A continuación, te compartimos algunas de las recetas más populares de atoles salados que se preparan en nuestro país.
Por: Desiree Perea
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No hay duda de que la gastronomía mexicana es un universo que parece no tener final. Dentro de las bebidas ancestrales, el atole se mantiene como un gran pilar que en la actualidad, se mantiene como una opción favorita durante la temporada de frío. Aunque las versiones dulces son las más conocidas, los atoles salados también merecen su reconocimiento.
Considerados como un híbrido entre bebida, sopa o guisado, estas preparaciones representan gran parte de las costumbres históricas dentro de la cocina mexicana. Por más sorprendente que parezca, los atoles salados son toda una experiencia que vale la pena degustar.
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Tal y como el resto de los atoles, aquellos que se preparan con carne, chiles y vegetales, también requiere de masa de maíz para poder espesar. Aquí, el equilibrio entre ingredientes es sumamente importante, para lograr una buena armonía de sabores.
Así, los atoles salados se mantienen como grandes testimonios de la riqueza cultural de México. Estas preparaciones están profundamente arraigadas en la tradición. Cada receta, ofrece un viaje al pasado y una oportunidad de apreciar el ingenio culinario que define a las comunidades mexicanas. Explorar estos atoles es un recordatorio de que la gastronomía mexicana concentra grandes recetas que vale la pena atesorar.