Un lugar para conservar la cultura tradicional de la península de Yucatán, donde la antigua medicina prehispánica encuentra una fuente para renovarse y seguir viva.
Por Alfonso Franco
Según la mitología maya son los cuatro señores bacab de la apicultura quienes sostienen el firmamento y marcan así los puntos cardinales. El del norte indica que ahí se recoge el propóleo, el sur señala hacia dónde las abejas recolectan el polen, el oeste dice de dónde vienen las crías y hacia el este se deben orientar las colmenas.
Estos cuatro seres eran hijos de Itzamná, el dios creador, que inspira la labor medicinal de esta casa. Aquí las abejas meliponas reinan sobre una concepción maya del espacio, alimentándose de las más de 250 especies de plantas medicinales que son parte de la tradición curativa de los pueblos de la península de Yucatán.
El proyecto se creó a través de la asociación civil Itzamná Península Maya como un bastión para mantener y difundir esta cultura ancestral con una perspectiva distinta a lo antropológico: con el día a día, desde la gastronomía a la artesanía y en específico, la medicina.
Zumbidos en el aire
La abeja melipona no tiene aguijón, son sus mandíbulas las que constituyen una defensa férrea; su tórax gris, franjas negras y amarillas contribuyen a diferenciarlas de otras especies más grandes.
El jardín de Casa Itzamná está dispuesto como un antiguo solar maya donde, desde hace cinco años, sacerdotes, parteras, sobadores, hueseros, yerbateros e investigadores han sembrado un acervo básico de herbolaria maya. Éste es el territorio de las abejas: entre las fuentes para baños y masajes curativos, el zumbido de estos insectos se detecta en el aire; en el ir y venir de las plantas a sus colonias marcan el camino hacia un esfuerzo a favor de que esta especie no se extinga.
En grandes repisas descansan las colmenas, cada una construida por los insectos en troncos huecos de árboles (jobones) en posición horizontal y con un pequeño agujero de entrada donde sólo puede ingresar una abeja a la vez. Al abrir la tapa, la organización interna es distinta a la de los nidos de la abejas convencionales (apis), ya que las meliponas no hacen enjambres como tales; en el mismo espacio pueden convivir dos o más reinas, una que produce huevos y las otras vírgenes.
La esencia
El color de la miel depende de la comida de las abejas; en el caso de las meliponas de Casa Itzamná, éstas se alimentan de las plantas medicinales del entorno. Se dice que la jalea tiene propiedades curativas y es que en toda la península de Yucatán, desde tiempos prehispánicos, las especies de plantas que dan sustento a estas colmenas están dentro del catálogo de la herbolaria sanadora maya.
Incluso existe una leyenda local que dice que quien mata por accidente a una abeja maya al recolectar la miel, pagará ante los dioses el descuido, pero esto sólo puede interpretarse al entender la importancia que para el pueblo yucateco tiene esta especie, no sólo por los beneficios en sí que trae a la comunidad, sino porque la antigua religión siempre ha trasmitido el culto a las meliponas.
Alrededor de la colmena
Otra de las bondades de estas abejas es la cera de Campeche, utilizada también en el tratamiento de heridas, y que hasta hace algunos años se comercializaba y utilizaba por los abuelos de muchos. El cerumen de las meliponas al mezclarse con propóleo y resinas vegetales, da como resultado este producto que en tiempos del virreinato se transportaba a Campeche y de ahí al resto de la Nueva España.
Una bebida típica de Yucatán es el licor xtabentún, un destilado elaborado con anís y la miel de estas abejas que se alimentan frecuentemente con el néctar de la flor del mismo nombre, lo que otorga a esta bebida su sabor tan peculiar.
Cuidado por las abejas
En 1996 la antropóloga Natascha Zwaal y el investigador Juan Pedro Fernández Cappas documentaron la pérdida alarmante de estas colonias de insectos, debido a la deforestación y a la competencia con otras especies. En Casa Itzamná se hace una labor de resguardo, no sólo de las abejas, también de las plantas medicinales, de la cultura maya y la religión.
Salud en casa
Itzamná está pensado como un centro de sanación tradicional: tanto la herbolaria como las abejas son parte de toda una estructura planeada para rescatar y poner en práctica el conocimiento de quienes han heredado la medicina maya. En este lugar se ofrece un menú de servicios para alcanzar el equilibrio físico y espiritual.
Los masajes abdominales ofrecen el acomodo del tipte (latido umbilical), se brinda preparación para el embarazo y tratamiento postparto, o la simple relajación. En cuanto a los baños rituales, los expertos dicen que cargan la energía
y equilibran la mente.
Infusiones con hierbas medicinales y chocolates elaborados con cacao de la zona, son sólo algunos de los productos en este lugar y muestran una probadita de lo que la antigua cultura maya tiene para el paladar.
EL COLOR DE LA MIEL DEPENDE DEL ALIMENTO DE LAS ABEJAS; EN EL CASO DE LAS MELIPONAS QUE HABITAN CASA ITZAMNÁ, SE ALIMENTAN DE LAS PLANTAS MEDICINALES DEL ENTORNO, POR ESO SU TONO ES VERDOSO. SE DICE QUE ESTA JALEA TIENE PROPIEDADES CURATIVAS.
Casa Itzamná
Domicilio conocido,
entrada a Cobá,
primera calle 100 metros a la derecha.
T. 01 (984) 109 38 11
itzamnaequilibriomaya@gmail.com