Se sabe que existe controversia sobre si el aceite de coco es bueno o malo. El hecho de que sea una grasa saturada ha desanimado […]
Se sabe que existe controversia sobre si el aceite de coco es bueno o malo. El hecho de que sea una grasa saturada ha desanimado a algunas personas a utilizarlo. Pero hoy queremos romper el mito de que es “malo”, y explicarte los múltiples beneficios que tiene.
Seguramente has escuchado hablar del MCT. El aceite de coco es una fuente natural rica en grasas saturadas llamadas triglicéridos de cadena media (MCT por sus siglas en inglés), a diferencia de las grasas saturadas de carnes, quesos y aceites hidrogenados, que son grasas saturadas que contienes triglicéridos de cadena larga (LCT).
La diferencia de las grasas MCT es que se digieren más rápido llegando directo al hígado y en donde el cuerpo las usa como una fuente de energía inmediata o las convierte en cetonas. Las grasas de cadena larga, requieren de bilis y enzimas digestivas pancreáticas para poder ser absorbidas y son almacenadas como grasa corporal.
El aceite de coco se ha llegado a considerar un “superfood” y definitivo es de gran importancia incluirlo en la dieta, ya que tiene efectos positivos en la salud cardiovascular y cerebral, así como ayuda a reducir el porcentaje de grasa corporal, entre otros.
Cuando los MCT que contiene (ácido caprílico, ácido laurico y ácido cáprico) se transforman en cetonas benefician al cerebro para que obtenga mayor energía porque son de fácil disponibilidad, en lugar de que utilice glucosa como fuente de energía. Puede beneficiar condiciones como epilepsia, Alzheimer, entre otras.
Por otro lado, beneficia a la salud del corazón, disminuyendo el riesgo de infarto o enfermedades del corazón. Este tipo de grasas ayudan a incrementar el colesterol bueno HDL y convertir el LDL en un tipo de colesterol menos dañino, además de disminuir sus niveles. También ayuda a disminuir los niveles de triglicéridos.
Beneficia a la salud gastrointestinal al promover un proceso digestivo saludable. Además el aceite de coco contiene ácido laurico, el cual forma monolaurina al digerirse; éstos ayudan a eliminar microorganismos patógenos del tracto digestivo como bacterias, virus, hongos y levaduras como la “cándida albicans”, reduciendo el riesgo de un intestino permeable. Ayuda también a reducir las infecciones en riñones y a proteger el hígado. Puede reducir la inflamación e incluso mejorar los síntomas de artritis teniendo una función antiinflamatoria y analgésica. Beneficia a los pacientes con cáncer, al privar de glucosa a las células cancerígenas, provocando la apoptosis de estas células (muerte).
La obesidad es uno de los problemas a los que nos enfrentamos hoy en día y que afecta a diferentes funciones del cuerpo, así como a nuestras hormonas. Un consumo de entre 15 a 30 gramos de MCT la día, puede incrementar el gasto de energía en un 5% y además puede reducir el apetito de una persona y el porcentaje de grasa corporal, principalmente grasa abdominal o visceral (que es la más peligrosa y la que se relaciona con enfermedades crónico degenerativas). Al ser de fácil digestión, la energía que se produce es sostenida y aumenta el metabolismo, al equilibrarse las reacciones de insulina en las células ya que no depende de las reacciones de glucosa por ser las cetonas la fuente de energía constante. Es un aceite que nos ayuda a prevenir la resistencia a la insulina y a la diabetes tipo II. Un dato curioso importante, también los MCT son ideales para la construcción de músculo.
También el aceite de coco es alto en antioxidantes, por lo que puede beneficiar la reducción de radicales libres y mejorar la absorción de calcio, lo cual beneficia a los pacientes con osteoporosis.
El aceite de coco puede ayudar mejorar la humedad de la piel, reduciendo la resequedad; además puede reducir los síntomas de eczema. También beneficia la salud de tu cabello. El aceite de coco tiene la capacidad de proteger contra los rayos UV, bloqueándolos un 20%, por lo que puede funcionar como protector solar.
El “oil pulling” o bien hacer buches con el aceite de coco, puede ayudar a reducir o eliminar bacterias patógenas que habitan en nuestra boca, y por lo tanto beneficiar a la salud dental y reducir el mal aliento.
Para obtener todos estos beneficios, asegúrate de elegir un aceite de coco orgánico y extra virgen. Evita que sean refinado. Por último, a pesar de ser una gran grasa, es de alto contenido calórico. Asegúrate de consumir únicamente entre 15 y 30 gramos al día, o bien 2 cucharadas al día o menos. Es importante mencionar, que al tomarse de la mano con ácidos grasos omega 3, los efectos pueden duplicarse. El aceite de coco, al mejorar los niveles de antioxidantes, puede alentar el envejecimiento y promueve una desintoxicación.
Puedes utilizarlo para saltear tus verduras, agregar una cucharada a tu smoothie favorito, para hornear, por ejemplo, un panqué de avena orgánica libre de gluten, mezclarlo con algún aceite esencial, como lavanda, para cuidar a tu piel y cabello. Por lo que te recomendamos empezarlo a utilizar y vivir todos los beneficios que te aporta este gran aceite.