TOMILLO. DE LO BUENO, POCO

Sones, rumbas y algunas notas de jazz te dan la bienvenida a este pequeño rinconcito de Polanco donde el confort y el buen ambiente intensifican el disfrute culinario.

Ya sea que optes por instalarte en su terraza o en algunas de las mesas al interior, en donde podrás hacer una pausa de la rutina, relajarte y recorrer los sabores de nuestro país con algunos toques mediterráneos.

Se trata de una cocina sencilla y fresca, con ingredientes y técnicas nacionales combinados con los de otras gastronomías. Fusión que logra una explosión de texturas y sabores en cada bocado. En ésta predominan los platillos nacionales con inspiración casera y tradicional, como la sopa de tortilla, los panuchos, los tacos de cochinita o los tacos al estilo Baja (con camarón capeado y col blanca), así como otras propuestas que retoman los clásicos, pero adaptados con el ingenio de Erick Saenz, chef ejecutivo del grupo de restaurantes Tomillo, Brassi y Rocco.

Recomendación

Hay que probar la alcachofa al grill con vinagreta y aderezo de alcaparra, las carnitas de atún, el pollo en mole de tamarindo o el tiradito de mar con esmedregal, marinado en cerveza y salsa ponzu, para confirmarlo con felicidad.

Menú 

La carta, como el lugar, es pequeña pero sustanciosa y por ello también incluye opciones más relajadas como ensaladas y sandwiches. Sin excluir, por supuesto, algunas alternativas para los de apetito más carnívoro. De estas últimas destaca el ribeye al grill con chiles toreados que resulta obligado acompañar con una cerveza bien fría o una buena copa de tinto.

Si el otoño se antoja por las comidas al aire libre, los sabores auténticos y los ambientes relajados, Tomillo lo logra de maravilla. Bien dicen que de lo bueno, poco.