Hace 18 años don Servando Canela y sus hijos, Cynthia y Erik crearon uno de los restaurantes más pintorescos de Morelia, y quizá de todo el país, San Miguelito, que ahora tiene también una cede en Querétaro.
El concepto: Barroco, un espacio lleno de talles que distinguen a este restaurante del resto. Voltear hacia cualquier dirección es encontrar algo nuevo, algo que uno quisiera llevarse a casa, con la novedad de que casi todo está a la venta, y a su debido precio, es posible llevarse a San Miguelito a casa. Además, una tienda de artesanías regionales ofrece verdaderas joyas a precios más que accesibles.
Los espacios: El lugar cuenta con varias divisiones que definen una atmósfera específica. El salón de las Conspiraciones se ubica en la época de Miguel Hidalgo, de la Corregidora, y así lo constata el arte independentista alrededor. El espacio Tupátaro es un homenaje a la cultura michoacana; el Altar de las conversaciones es eso, un espacio íntimo para estar tranquilo y, sin duda el recoveco más representativo es el Rincón de las solteronas, donde además de comer, uno puede pedirle a las decenas de efigies de San Antonio que hagan el milagro de conseguir pareja a alguien, a través de un ritual divertido antes o después de comer.
En la mesa: El menú de San Miguelito es un esfuerzo de rescate de la gastronomía michoacana. En su cocina, laboran y contribuyen en gran medida cocineras y cocineros tradicionales, que aprendieron en los pueblos purépechas a preparar alimentos con historias centenarias y que ahora reinterpretan en cada platillo.
Como entrada, un balde de huitlacoche con queso fresco, calabaza asada y salsa de elote hace honores a la trilogía alimentaria mesoamericana. Los medallones San Miguelito gratinados y salseados con chipotle de la casa son imperdibles, al igual que el pollo huetamo, con chile morita, chorizo y adobera asados. También se preparan platillos de temporada, haciendo homenaje a los grandes personajes de la historia de México y a los ingredientes de la región.
Dulce Morelia: Los postres en este lugar son un portento, el pastel de elote, receta de la abuela es ya un clásico, lo mismo que los helados artesanales hechos insumos locales. Las crepas de cajeta son excelentes y las cerezas negras son algo que hay que probar.
Para pasar el trago: Además de un bar bien surtido con bebidas espirituosas y destilados, San Miguelito cuenta con una extensa cava de vinos de varias partes del mundo. En cuanto a los caldos mexicanos no hay queja, las posibilidades de maridaje dan una buena experiencia al combinar platos michoacanos con vinos de Ensenada.
Zirita: Si el restaurante es bueno, espera a tener la opción de aprender a cocinar lo más suculento de Michoacán. Aunado al concepto de San Miguelito, la familia Canela creó Zirita, un recinto en donde los cocineros tradicionales de la zona, enseñan a los visitantes a preparar una serie de platillos de la gastronomía de los pueblos purépechas, con ingredientes endémicos. Una experiencia que de verdad deja huella. .
Tips
Si algo te gusta del lugar, pregunta, quizá te lo puedas llevar a casa.
Ya hay servicios turísticos que incluyen hospedaje, la gastronomía de San Miguelito, y la experiencia culinaria de Zirita.
www.zirita.com.mx
Data
Av. Camelinas sin número, Fracc. La Loma
Morelia, Michoacán
Tel. 01 (443) 324 4411 ó 01 (443) 324 2300
www.sanmiguelito.com.mx
