Por Patricia Ponce Fotos Miguel Ángel Manrique La alta cocina, sin parafernalia, que evoca los sabores del hogar es la propuesta del neobistro, un […]
Descubrió su verdadera vocación detrás de los fogones desde los 13 años. Estudió cocina mediterránea en el Cordon Bleu de Perugia, Italia y recibió distintos entrenamientos en Génova y Mallorca, España. Trabajó para el banquetero Eduardo Kohlmann elaborando propuestas gastronómicas para más de 3,500 personas. Además, en restaurantes como Pinzimini del Westin Santa Fe, Brasserie La Moderna y la Lonchería Olivia del hotel Brick. Recientemente resolvió abrir Anona, un concepto que ofrece alta cocina a precios accesibles y un servicio sin tanta parafernalia. Posee una carta sencilla basada en la investigación de los sabores tradicionales, algo que permite a Anona competir con cualquier restaurante del mundo.
16 camarones 26/30
1 cebolla morada
200 ml de jugo de limón
Aceite de oliva,
el necesario
2 tomates verdes
2 dientes de ajo elefante
1 aguacate
1 manojo chico de cilantro
1 rábano rojo
50 gr de hueva de mújol
1 pepino
Sal negra volcánica, al gusto
Pimienta, al gusto
Le tocó enfrentarse a la preocupación de su familia por el futuro. Decidió estudiar Ciencias de la Comunicación en lugar de Gastronomía, su verdadero deseo. Pero por esas casualidades de la vida, al inscribirse en un curso de mixología, mezclar se convirtió en su pasión. A la fecha ha creado más de 300 combinaciones.
Es el autor del libro Cocteles Mexicanos, editado por Larousse. Ha sido el embajador de varias marcas de bebidas con alcohol. En Anona ideó una carta en la que hay una para cada plato y cocteles para disfrutar una tarde entre amigos.
1 oz de jugo de naranja
2 oz de jugo de manzana roja
4 oz de jugo de arándano
Miel, al gusto
2 frambuesas
2 zarzamoras
1/2 tz de hielo
4 oz de vino tinto, de preferencia joven sin barrica y uvas sin tanto cuerpo como merlot
1 manzana roja