Así como el arte es capaz de conmovernos, la comida también puede llevarnos a la epifanía. Por ello, no es casualidad que dentro del museo […]
Así como el arte es capaz de conmovernos, la comida también puede llevarnos a la epifanía. Por ello, no es casualidad que dentro del museo Barroco, haya un espacio para la gastronomía.
Así como el arte es capaz de conmovernos, la comida también puede llevarnos a la epifanía. Por ello, no es casualidad que dentro del museo Barroco, haya un espacio para la gastronomía.
Por Alina Hernández @alinahernan
Ubicado dentro del edificio diseñado por el arquitecto japonés Toyoo Itō, el Barroco tiene una propuesta culinaria que es toda una experiencia artística. En un principio, era liderado por el chef Alejandro Cuatepotzo con una curaduría de Martha Ortiz. Este año, el chef Alan Sánchez es quien trasladará y reinterpretará lo mejor de la culinaria poblana.
En esta nueva etapa, será posible probar platillos insignia como “La evolución de los moles” –que consiste en mole prehispánico, mole virreinal y el mole 5 de mayo–, y las nuevas propuestas de Sánchez. Además, comprometidos con la sustentabilidad, tienen un huerto propio y crían una trucha salmonada, exclusiva para el restaurante, en la Ex Hacienda de Chautla. Definitivamente, el restaurante Barroco es ya un imperdible de Puebla.