Casa Virginia llegó a sus primeros 100 años en la Colonia Roma. La chef Mónica Patiño platicó con nosotros sobre la historia de su restaurante.
Una casa en la Roma en la que aún se saborean historias al paso de las generaciones.
Por Raquel del Castillo @Raquel_Pastel
Doña Virginia llamaba por los pasillos a su marido, Fernando de Emparán,un doctor muy conocido en la colonia Roma, por la tarde, subía del consultorio a su casa siguiendo los olores de las cazuelas que ella le tenía listas para que comieran juntos y platicaran las novedades del día. Eran los tiempos del porfiriato, el barrio era nuevo,el resultado de fraccionar el predio llamado Potrero de Romita. Las casas de las casas eran construidas bajo la influencia del con art noveau de formas orgánicas, naturales y eclécticas. La gente disfrutaba de los paseos en los grandes camellones que aún están sobre Álvaro Obregón sombreadas por fresnos.
Ahora quien habita la casa de Doña Virginia es Mónica Patiño con Delirio (lo que antes era el consultorio) y Casa Virginia en donde a 100 años de su vida, la chef le rinde homenaje a Doña Virginia y a ese espacio emblemático de la Roma. Ella tiene mucha familiaridad con el barrio desde pequeña ya que sus abuelos vivían y trabajaban ahí. “Los domingos eran un ritual, un momento sagrado del que nadie podía escaparse y no venir a visitar a los abuelos”.
“Mi abuela Ana María cocinaba delicioso, recuerdo llegar a su casa en Tabasco 195, entrar por el pasillo y oler los guisos que venían del fondo. Al llegar a la cocina las mujeres estaban reunidas ahí: mi abuela, la bisabuela, la nana, eran muy entendidas para satisfacer a sus hijos en cuanto a la mesa y las recetas” cuenta Mónica, quien encuentra en sus abuelos un modo de vida similar al de doña Virginia y esposo al ser de la misma época. “Por Álvaro Obregón las familias paseaban, compraban globos para los niños, se iba por el pan de dulce”.
El tomar la casa de Virginia fue por su deseo de regresar a sus orígenes, tener el trabajo y casa cerca. Así surgió Delirio y luego Casa Virginia cuando supo que el espacio estaba disponible y que le resultaba familiar. “La forma de mis abuelos era amable e integradora. Esta casa es como la vives, esta casa es una antigüedad, su historia continúa”, afirma. De hecho, durante su remodelación se trató de respetar los espacios, dos de sus paredes son de la época, de tonalidades acuosas que contrastan con los muros blancos que le rodean.
Fotografías de www.casavirginia.mx
Casa Virginia Monterrey 115, Colonia Roma @CasaVirginiaDF 5207 1813