Tips básicos para que el arroz no se te bata en casa

1. Elimina el exceso de almidón

Uno de los grandes enemigos de un buen arroz es el exceso de almidón. Aunque aporta sabor y textura, puede hacer que el arroz se bata o se vuelva demasiado cremoso. Lavar el arroz es un paso fundamental antes de comenzar la preparación. El arroz seco debe colocarse en un colador o bowl grande. Posteriormente, se agrega agua fría y se remueve con las manos o con ayuda de una cuchara. Lo ideal es repetir el proceso varias veces hasta que el agua salga clara. Una vez listo, asegúrate de envolver los granos en un trapo para absorber la mayor parte de la humedad y así evitar accidentes en el siguiente consejo.

2. Sofríe y sazona antes de cocer el arroz

Este consejo no solo tiene como objetivo mejorar la consistencia del arroz una vez que termina su cocción, sino que también ayuda a lograr un sabor profundo y equilibrado. Antes de comenzar la cocción con agua, en la misma olla donde se va a cocinar, agrega un poco de aceite, cebolla y ajo picados; ahí mismo debes sofreír el arroz antes de agregar el agua. Durante este paso, no dejes de mover para lograr que a todos los granos les llegue el calor. Además, el movimiento constante es clave para evitar que la cebolla y el ajo se quemen.

3. Considera porciones justas

Cocinar arroz en casa no es nada del otro mundo, siempre que se siga la receta al pie de la letra. Ya sea que tomes una receta de internet o alguna preparación familiar, por nada del mundo consideres modificar la cantidades. Cocinar es una actividad que depende por completo de las porciones, y en el arroz, es un factor todavía más importante. La proporción más utilizada y que funciona para la mayoría de recetas es: dos tazas de agua (o caldo de pollo, verduras, etc.) por una taza de arroz. Si piensas preparar una mayor cantidad, únicamente duplica o triplica dicha proporción.

4. Mezcla solo en momentos indicados

El momento de cocción del arroz es también uno de lo grandes pilares. Aquí, la receta puede llevarse al éxito o arruinarse por completo. Es el paso donde se define la textura y el sabor del arroz. Uno de los errores más comunes al cocinar arroz es removerlo constantemente. Aunque puede parecer un solución para evitar que se pegue, esta práctica libera un exceso de almidón, lo que resulta en un desastre. Una vez que el agua y el arroz están en un mismo espacio, es posible mover por última vez para lograr que los sabores se incorporen. En cuanto el agua comienza a reducirse, ya no hay oportunidad para moverlo; debe mantenerse estable hasta que termina la cocción y se va a servir.

5. Deja reposar antes de servir

Finalmente, una vez que únicamente se aprecian los granos de arroz, sin rastro alguno de agua, es importante dejarlo reposar durante 5 a 10 minutos. Este reposo permite que el vapor interno distribuya uniformemente la humedad, estabilizando la textura de cada grano. Incluso es una forma de terminar la cocción del arroz para evitar que se queme. Si al probar un poco, los granos ya están suaves, lo ideal es retirar la tapa de la olla para evitar que se siga cocinando. Además, este periodo de descanso permite que el arroz no se rompa al momento de servirse. De inicio a fin, el arroz requiere de toda nuestra atención. Una vez listo, puedes aprovecharlo en un sinfín de recetas para el menú de la semana.