El pavo es el protagonista indiscutible de muchas celebraciones, especialmente en la celebraciones decembrinas. Alrededor del mundo, suelen encontrarse dos versiones de este animal: pavo crudo o ahumado. Ambas son buenas opciones, sin embargo, la primer opción requiere de atención especial al momento de la cocción. En esta nota, te compartimos algunos consejos clave para que tu pavo quede jugoso, sabroso y con una piel perfectamente dorada.
Por: Desiree Perea
Te podría interesar: Historia y origen de la polenta, una tradición navideña en Italia
También conocido como pavo natural, esta alternativa es realmente popular en distintas partes del mundo. Durante la temporada invernal, esta ave se convierte en el protagonista de las cenas de fin de año. Al ser una proteína de gran tamaño, requiere de procesos específicos no solo de preparación, sino también de cocción.
Te podría interesar: Cómo inyectar pavo de Navidad: 5 tips para hacerlo
Este elemento fundamental del festín culinario es esta temporada no tiene por que convertirse en una pesadilla. La realidad es que el pavo crudo permite condimentarlo desde cero. De esta manera, la intensidad de las especias, así como el punto de sal, está completamente bajo tu control. Sin embargo, es importante mencionar que necesita de toda tu atención al momento de cocinarlo.
El pavo crudo no tiene por que convertirse en una pesadilla dentro de la cocina para estas fechas navideñas. La realidad es que, a diferencia del pavo ahumado, esta versión permite un margen mayor de condimentación; así podrás presentar una receta propia para lucirte en la cena.