1. Enjuagar los granos sí hace la diferencia

2. ¿Se debe o no remojar el arroz integral?

3. Paciencia y privacidad durante la cocción

4. Reposo final

Actualmente y a nivel mundial, el arroz integral es considerado un superalimento de gran valor. Es igual de versátil que el arroz blanco, además de que presume grandes propiedades nutricionales. Sin embargo, su reputación en cuanto a la cocción de este cereal ha desanimado a muchos a incorporarlo en su dieta regular. Pero esto no tiene por qué seguir pasando; a continuación, te revelamos las claves que te permitirán cocinar el arroz integral perfecto en casa.
Por: Desiree Perea
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Para entender cómo cocinar el arroz integral, primero vale la pena analizar por qué se comporta de manera diferente al arroz blanco. El arroz blanco es arroz integral al que se le ha quitado la capa externa de salvado y el germen. Estas capas son las que contienen la mayoría de los nutrientes, la fibra y también, aceites esenciales. La presencia de esta capa de salvado es lo que le da su textura más firme y su sabor a nuez.
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Esta capa de salvado actúa como una barrera natural que impide que el agua penetre rápidamente en el grano. Por eso, el arroz integral necesita más tiempo para cocinarse y más agua que el arroz blanco. Además, el salvado contiene un tipo de fibra que se ablanda lentamente, lo que requiere un método de cocción más cuidadoso para evitar que los granos se rompan o se peguen.
Sin importar que tipo de arroz elijas para cocinar en casa, debes saber que es un proceso que requiere paciencia y atención al detalle en todo momento. Cocinar arroz integral en casa no tiene por qué hacerte sufrir. Si estás en busca de alternativas saludables para el menú de la semana, esta opción es perfecta, así que vale la pena dominarlo a la perfección.