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La obra de Yayoi Kusama llegará al Jardín Botánico de Nueva York en 2020

Por: Bleu&Blanc 11 Jul 2019

La obsesión por los lunares y calabazas en la obra de Yayoi Kusama llegará al Jardín Botánico de Nueva York del 2 de mayo al 1 […]

La obsesión por los lunares y calabazas en la obra de Yayoi Kusama llegará al Jardín Botánico de Nueva York del 2 de mayo al 1 de noviembre de 2020.

Finalmente el éxito colosal de la instalación que recubre espacios con espejos, Infinity Room (cuarto infinito), será instalada temporalmente en un entorno natural, lo cual genera grandes expectativas.


Yayoi Kusama, Infinity Room. Vista de instalación en Helsinky Art Museum

Posiblemente la exhibición, aún sin título, mostrará otras de sus grandes obras, Pumpkin & Flowers. Se trata de una gran escultura en forma de calabaza que ha asentado sus diferentes versiones en exteriores como la isla japonesa de Naoshima o al interior de recintos como el Ota Fine Arts, en Singapur. En esta ocasión, es el turno de los 250 acres que conforman al Jardín Botánico de Nueva York en el condado de El Bronx.


Pumpkin & Flowers de Yayoi Kusama. Vista de instalación en la isla de Naoshima

Adicionalmente, a la exhibición masiva se le sumará la primera instalación de Kusama en un invernadero. Esto tendrá lugar dentro de las instalaciones del jardín, dentro del Conservatorio Enid A. Haupt.

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Las entradas para la exposición de Yayoi Kusama en el Jardín Botánico aún no están disponibles. Para más información, consulta su sitio web.


Una joven Yayoi Kusama. Imagen vía Sotheby’s

Sobre Yayoi Kusama

Yayoi Kusama (Matsumoto, 1929) es una artista contemporánea  que se describe a sí misma como “obsesiva”. Desde muy joven, la influyente creadora y escritora ha padecido de alucinaciones, trastorno obsesivo compulsivo, depresión y despersonalización. Aunque ha estado internada por voluntad propia desde 1977 en una institución mental en Japón, su “obsesión infinita” —nombre de la exitosa exhibición que pasó por el Museo Tamayo en 2014— ha sido prolífica, inspiradora y problematizada por la crítica de arte por su reciente ola comercial entre colaboraciones y el fenómeno blockbuster causado, e buena parte, por el imperio de la selfie, traspasado a la experiencia en museos.


Yayoi Kusama en su famosa instalación Endless Love (1966)

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