La aventura comenzó en Bagan, la antigua capital del reino birmano donde yace la mayor conglomeración de templos budistas del mundo. Entre sus arboles centenarios se alzan miles y miles de pagodas, esparcidas entre la vegetación, resaltando con sus colores rojizos entre el verde de la naturaleza que parecería abrazarlas. Es aquí que abordamos el Belmond Road to Mandalay, el crucero por excelencia para explorar los destinos más fascinantes de Myanmar.
Texto por: Melanie Beard
Belmond nos sumerge en un mundo de lujo clásico y elegancia desbordante, donde cada instante es un apapacho y una vivencia de placer puro. Pionero en viajes de lujo por el río desde hace más de veinte años, el magnífico crucero mezcla en su decoración temas tradicionales de Myanmar con un encanto europeo, de los tiempos coloniales, que nos hacen sentir como realeza.
De Bagan el recorrido hacia Mandalay nos lleva por el impactante sitio histórico de Mingun, donde la pagoda más grande del mundo yace en ruinas, nunca terminada. A unos pasos se encuentra el magníficamente bello templo blanco Hsinyume Pagoda, cuyas ondulaciones y plataformas juegan con nuestros sentidos.
El destino final es Mandalay, antigua capital y vibrante centro económico de Myanmar. Una caótica ciudad a los pies del Mandalay Hill, sus amplias calles se extienden desde su corazón –las murallas del palacio– como arterias y venas hasta sus fascinantes alrededores; la montaña de Sagaing, con miles de pagodas doradas y monasterios; el pueblo de Innwa, tradicional y autentico; y Amarapura, hogar del puente de madera más largo del mundo, llamado U Bein.
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Myanmar, un lugar cargado de energía ancestral y donde el sol, brillando sobre el agua en el horizonte, nos invita a embarcarnos en un crucero para seguirlo en su camino. El punto de partida entre los dos mundos, el terrestre y el marino, es el río Ayeyarwady o Irrawaddy, el más largo y legendario del país. El río alimenta el cuerpo y el espíritu de los pobladores, pues riega las tierras de cultivo y provee pescado, pero también es donde se bañan, beben, rezan y viajan. De hecho, su nombre se traduce como “el río que trae bendiciones a las personas”.
Una aventura que nos envuelve y enreda en las tradiciones, culturas y intricado pasado de Myanmar, un viaje con Belmond por el país es un viaje a lo más profundo se su alma, donde la calidez de su gente, la belleza de sus monumentos y la autenticidad de su estilo de vida se desencadena ante nuestros ojos, inolvidable y mágico.
A bordo de Road to Mandalay vivimos continuamente experiencias únicas, hechas a mano para transportarnos a mundos de hedonismo y asombro. Al caer la noche, bajo el cielo estrellado de Myanmar, momentos mágicos nos esperan, como un deslumbrante espectáculo de luces, donde se prendieron dos mil dieciocho velas que rodearon al crucero, flotando con la marea del río Ayeryarwaddy, bajándonos las estrellas al son de música clásica.
Un país donde la historia la podemos respirar en el aire mismo, donde el lujo de Belmond y la autenticidad de sus destinos y donde cada instante es una oportunidad de enamorarnos una y otra vez de sus maravillas.
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