Inspirado en la arquitectura del mundo árabe, el Museo de Arte Islámico de Qatar se convirtió desde su inauguración en el símbolo cultural y artístico de Doha. Es un tributo a la esencia de Medio Oriente, considerado el mayor tesoro palpable de su cultura.
Texto por Velma Mayén.
Arquitecto: Leoh Ming Pei. El interior fue diseñado por Jean Michel Wilmotte, diseñador y urbanista.
Inauguración: 1º de diciembre de 2008.
Ubicación: En medio de una isla artificial en la bahía de Doha, capital de Qatar.
Material: Acero, cristal, piedra Shamisen de Francia, que es de fácil manejo para el tallado. El interior está recubierto de mármol.
Estilo: Está inspirado principalmente en la mezquita Ibn Tulun de El Cairo. Consta de cinco plantas, tiene forma cúbica y mezcla elementos islámicos con occidentales. La geometría es un elemento de ordenación arquitectónica predilecto.
Concepto: Es un semillero de inspiración para el mundo de las artes y la cultura islámica. Resguarda una colección de arte musulmán de los siglos VII al XIX que van desde manuscritos hasta textiles y provienen de Europa, Asia y Medio Oriente. El edificio principal consta de cinco plantas coronadas por una cúpula majestuosa vestíbulo dentro de la torre central. Tiene una cúpula de diferentes formas geométricas por la que se refleja la luz en diferentes facetas, dependiendo la hora del día. La parte norte del edificio está cubierta por una fachada de cristal que permite admirar el esplendor de la bahía. El espacio es presidido por dos escaleras escultóricas que se despliegan simétricamente, sobre ellas se levanta una corona circular con motivos árabes.
Diseño: Tiene cinco pisos principales para exposiciones permanentes y dos más con patrones geométricos y detalles de la arquitectura musulmana. Abarca 3,800 m2 para galerías y un patio exterior. Las instalaciones: auditorio, restaurante, cafetería, salones de meditación para hombres y mujeres, tienda y librería, además de un laboratorio de conservación. Su verdadero esplendor se revela con la iluminación solar cuando muestra la pureza y la precisión de su arquitectura a través de un juego de luces, colores y sombras.
Imperdible: Las piezas labradas en madera o marfil y, en especial, un halcón de oro de 1640 con incrustaciones de rubíes, esmeraldas, diamantes, zafiros y ónix. El jardín donde se realizan actividades culturales alternas.
Datos en concreto: El Museo de Arte Islámico ocupa un área de 35,000 m2 y está rodeado de un parque de 10 hectáreas. En su construcción se utilizaron materiales como piedra Shamisen. El proyecto costó 300 millones de dólares.