¿Qué rol ha jugado la mujer en el arte? ¿En el de siglos atrás, en el actual? La historia es un vivero excepcional de obras de arte maravillosas, imponentes y eternas, pero sin duda hasta hace pocos decenios los únicos artistas visibles eran hombres.
Hombres que tenían el privilegio de expresarse en todas las facetas artísticas. Hombres que incursionaban en este mundo de colores, formas, materiales, notas y palabras como los únicos posibles autores reconocidos.
La mujer en el arte históricamente ha sido relegada a un segundo y hasta tercer plano en todas las áreas de la vida. No se le permitía aprender a leer ni escribir, ni mucho menos participar en roles preponderantes de la sociedad y la política. Era considerada solamente un elemento de reproducción y servicio. Sin embargo, detrás de esta posición tan impalpable, la mujer siempre ha sido la protagonista principal. Su rol y forma han embellecido el vasto abanico del arte.
Las nueve musas – Polyhymnia, Johann Heinrich Tischbein, 1781
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La mujer en el arte
Recordemos que la gran mayoría de cuadros, esculturas y hasta literatura han tenido como inspiración la figura femenina. La mujer, ese ser completo capaz de albergar vida y emociones en su nivel más alto y sofisticado, sin querer quitarle nada al hombre.
Aun en contra de tanta resistencia, muchas mujeres desde la clandestinidad de los roles lograron desafiar un campo netamente masculino. Empezando por una Artemisia Gentileschi, alumna e hija del pintor Orazio Gentileschi del siglo XVI, que aprendió a plasmar sobre el lienzo excelentes obras pictóricas; pasando por la francesa Louise Breslau en el siglo XIX hasta llegar a una reaccionaria y surrealista Frida Kahlo.
Self Portrait as the Allegory of Painting, Artemisia Gentileschi, 1638-39
Mientras que en el campo musical del siglo XVIII, nacieron compositoras excelentes como Marianne Von Martínez y Paulina Duchambge, hasta la contemporánea Catalina Peralta Cáceres compositora vanguardista de origen colombiano.
Hablemos de escultura, con una Propercia di Rossi o una Augusta Savage -la escultora de color más reconocida del siglo XX-. Y así una larga lista de artistas que dejaron su legado en obras a las que en muchos casos, en el pasado, deliberadamente se les ha arrebatado la autoría.
Augusta Savage
Finalmente en los 70, la primera voz cantante que comenzó a mediar por el logro del arte en femenino fue Linda Nochlin, con su articulo “Why have there been no great women artists?” (¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?), permitiéndonos ver más allá de los cánones históricamente preestablecidos.
Nochlin con el retrato de Philip Pearlstein “Portrait of Linda Nochlin and Richard Pommer”, comisionado en 1968. Foto: Matthew Begun
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Arte femenino actual
La paradoja es que desde los 90, la presencia femenina en las escuelas de bellas artes ha llegado al 70%. Esto supone que la nueva generación de artistas será prominentemente de mujeres que heredarán la labor de hacer aumentar el valor artístico y económico de sus obras.
Gratificante es ver que también los historiadores están incluyendo cada vez más a la mujer en el arte. Aunque finalmente ella misma logre abrirse camino en este campo, avanzando de manera notoria para revestir una amplia estela de roles como crítico de arte, moderadoras, merchant d’art y autoras de las obras mismas.
Andy Warhol y Edie Sedgwick, 1965. Foto: Steve Schapiro
Lo maravilloso del arte es que se puede disfrutar a prescindir del género que lo haya creado. De hecho, si desconocemos el autor no podremos distinguir su origen, sino regocijarnos en la pureza de su esencia. Esto nos llevará a crear una sociedad multifacética capaz de incluir hombres y mujeres en el mismo nivel.
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