Inteligente, cultivado y romántico, así es Brach. Un hotel verdaderamente parisino, con sus propios códigos y personalidad. Su nombre evoca energía y cultura, extravagancia y rigor. Acogedor, refleja los valores del compartir y el equilibrio. Brach es una combinación de contrastes y opuestos que se complementan entre sí sin chocar. Un mosaico vivo que es a la vez sorprendente y simpático. Este estado de ánimo se refleja en su rica identidad de vanguardia.
Decoración el estilo Brach
Diseñado enteramente por el visionario creador Philippe Starck, es una oda a los pioneros culturales del pasado, mezclada con un París cosmopolita y moderno. Hay algo de Bauhaus, de Dada y su cohorte de surrealistas en su genealogía. Las influencias multiculturales de África, Asia y Brasil también resuenan allí.
“Brach no es un hotel. Es una cultura única donde los misterios poéticos y las sorpresas fértiles nutren la imaginación. Sensual y riguroso, minimalista y abigarrado, lleno de romanticismo crudo y modernista que sirve a las influencias multiculturales. Es un lugar inusual que invita a explorar y viajar”, señala Starck en el sitio web del recinto.
En este edificio, se permitió que la imaginación visionaria del diseñador deambulara libremente en una superficie de 7000 metros. El resultado fue una arquitectura de la década de 1930 en la que se encontraron una serie de corrientes estéticas. Colores cálidos, materiales naturales y crudos como madera, cuero, hormigón, vidrio, mármol y metal. Una encantadora selección de objetos inusuales, muebles y obras de arte crean un ambiente excepcional.
Alojamiento
Del primero al sexto piso, encontramos 52 habitaciones con carácter único. Los muebles y los materiales en bruto y naturales de la década de 1930 recuerdan la inspiración modernista del hotel Brach. Todo está decorado con pisos de madera oscura, palisandro, mármol, vidrio estriado y objetos antiguos, todo bañado por una luz suave a través de la fachada de vidrio. El minibar se convierte en una tienda de conceptos con una selección ecléctica de artículos, juegos, velas, kits de todo tipo, bebidas y aperitivos.
Los pisos 5 y 6 tienen siete suites, decoradas en madera, cuero, vidrio y piedra. Cuentan con terrazas con vistas a París y están equipadas con una bañera de hidromasaje de madera noruega o jacuzzi. El acceso exclusivo a la huerta en la azotea está reservado para los huéspedes en las suites.
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Ejercicio y gastronomía
Los huéspedes tienen acceso a una gran cantidad de libros y novelas, una mini tienda conceptual y varias sorpresas.
Un elemento esencial es el Club Deportivo, que se extiende a lo largo de varios cientos de metros cuadrados. Los programas completos de acondicionamiento físico y relajación siguen las prescripciones y acciones de entrenadores deportivos, osteópatas, naturópatas, fisioterapeutas, dietistas y terapeutas. Brindan entrenamientos individuales y en grupo, como boxeo, pilates, etcétera, tanto en la sala fitness como en las suites. También hay una alberca de 22 metros.
Para alimentar el cuerpo, y el corazón, Brach cuenta con un sofisticado restaurante de cocina mediterránea liderado por el chef Adam Bentalha. Ofrece opciones saludables, equilibradas y sabrosas, basadas en productos locales. También cuenta con una célebre pastelería donde desata su imaginación el chef pastelero Yann Brys, conocido por sus emblemáticos pasteles de remolinos. Gourmet y atrevido, su pastelería es a la vez sana y poco convencional, además de original, detallada y colorida.
Al igual que el restaurante, el bar es un viaje completo en el que encontramos alegría y generosidad. Inspirado en los sabores del Mediterráneo, el equipo del bar trabaja con productos frescos: condimentos preparados en el lugar, especias molidas, jugos prensados en frío y jarabes caseros. También ofrece un menú de tapas, siempre fiel a la identidad del hotel.
A partir de abril de 2019, Brach estrenará una terraza de 400 metros ubicada en el primer piso. De acuerdo con el espíritu de relajación y confort del hotel, estará decorada con muebles exóticos, cómodas sillas y cabinas, luces cálidas y materias primas lujosas. Con capacidad para cien personas, la terraza presentará un menú de cócteles (también disponible en el restaurante y bar) y un menú de bocadillos.
En la azotea actual de Brach se encuentra una huerta de bayas, verduras y hierbas, un baño noruego y vistas panorámicas de París, así como un gallinero con tres gallinas ponedoras: Églantine, Suzie y Bérénice.
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Experiencias
Para estadías cortas y largas, así como para cubrir distintas necesidades, Brach ofrece diferentes servicios para sus huéspedes. Por ejemplo, para un viaje de negocios, puedes contratar un paquete VIP con traslado al hotel, registro de entrada inmediato, asistente personal durante toda la estadía, disponibilidad de un BMW i3 y, en la habitación, una selección de bebidas renovadas todos los días.
Otra opción es Sunnyay, programa perfecto para un domingo. Después del brunch en el restaurante, el hotel Brach invita a descubrir París en bicicleta con un almuerzo para llevar. El domingo por la noche, la bandeja de televisión preparada por el chef se sirve en la habitación, y después de una noche de sueño reparador, el hotel te deja en tu lugar de trabajo.
Para quienes desean consentirse en pareja, Brach ofrece una hora de pilates o entrenamiento directamente en la terraza de tu suite, así como una sesión de sofrología para dos. Finalmente, se ofrece un servicio de peluquería, secado de cabello y un tratamiento de belleza.
Además, ofrece servicios de limusina, renta de autos, programas para mascotas VIP y mucho más.
Cultivado, energético, epicúreo y estético, Brach es un verdadero tesoro de París. Es parte de su barrio, con sus propios códigos y una personalidad y espíritu en un cuerpo sano. El hotel perfecto para una escapada urbana, una estancia con la familia o un fin de semana íntimo.
Dónde: Hotel Brach París. 1-7 rue Jean Richepin. Paris 16e, Francia. brachparis.com