Se dice que se va a un hotel de aeropuerto con la insignificancia de quien transborda de un vuelo a otro. Las estancias, cortas, son para pasajeros en tránsito o sin tiempo suficiente para desplazarse a los placeres de la ciudad. ¿Qué pasaría si, en cambio, un hotel de aeropuerto ofreciera una experiencia holística de bienestar?
Even Hotel Miami Airport
Recientemente InterContinental Hotels Group se arrojó a esta insospechada área de oportunidad. Así es como descubrimos Even Hotel Miami Airport, único en su tipo dentro del área, cuyo servicio está enfocado en estilo de vida y wellness. Algo distinto se intuye desde el ingreso, cuando a uno se le recibe con una fría infusión de jengibre y limón. El secreto está en los detalles mínimos, como mensajes positivos que animan a subir por las escaleras —por supuesto, el bell boy hará el resto—. Tu corazón lo agradecerá.
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Detalles del hotel
Al lado de camas como nubes, un set de pilates y yoga te recibe con un gimnasio personal, aunado a una guía ilustrada y rutinas exclusivas en sus canales de televisión. De hospedarte en cualquiera de las suites —The Wellness King, Wellness Double o The Wellness Suite— una bicicleta estacionaria formará parte de ese espacio dinámico y personal para ejercitarte. Abajo, el gimnasio común cuenta con una buena duela e innovadoras bandas para correr creadas con llantas recicladas y diseñadas especialmente para la marca. Pasarán tantos aviones como ideas mientras corras. Disfruta esa vista, resiste aún más.
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Viajar y comer sano típicamente no son conceptos que se lleven bien, mucho menos si se trata de trabajo. Esto no es problema en Cork & Kale, restaurante y lounge bar que encontrarás en cada una de las nueve propiedades de Even Hotel Miami Airport en el mundo. Ofrece delicias tan saludables como indulgentes, por ejemplo el pan brioche coronado con manzanas verdes o los tacos de camarón aderezados con mayonesa de sriracha. No sabemos si son las avellanas tostadas, el queso pecorino o la imponente presencia del dátil de medjool lo que le ha dado la victoria a la ensalada crujiente de kale. Quizá algo ha cambiado, después de todo. Había que aterrizar para elevarnos.
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