Descubrir nuevas experiencias culinarias siempre es un placer. Más cuando el resultado es original, creativo, delicioso y perfecto. Con Emilia Restaurant no exagero. Ubicado en la primera planta de lo que antes era una casa en la colonia Cuauhtémoc, este restaurante tiene todo para convertirse en un gran hot spot de la Ciudad de México.
Encontrarlo no es sencillo, pues no tiene nombre en la fachada. Pero no hace falta, ya que vivir la experiencia de Emilia requiere hacer una reservación. Una vez hecha, recibirás un reminder y más tarde, un mail para confirmar tus preferencias y limitaciones nutricionales. Un detalle fundamental porque el concepto es omakase, es decir, no sabrás qué degustarás ya que no hay una carta fija.
Emilia Restaurant es una sorpresa culinaria única
El concepto de este restaurante se basa en un menú degustación de entre 9 y 12 tiempos para ser saboreado en la barra, orquestado por el chef Luis Martínez, mejor conocido como Lucho. Los platos cambian cada día en mayor o menor medida. Están inspirados en la tan de moda y tan necesaria cocina de producto y de temporada. Ésta resalta lo mejor de cada ingrediente, con técnicas innovadoras y en una sinfonía perfecta de sabores, texturas, colores, aromas y combinaciones sumamente interesante y propositiva.
Dashi de pato ahumado con ocote
Erizo, hormigas chicatanas, mollejas de res, carne wagyu, escamoles, toronjil, salsas deliciosas, especias… Rescatar ingredientes autóctonos mexicanos y fusionarlos con productos japoneses, cocinados con técnicas francesas es la propuesta de Lucho Martínez, creador del restaurante en la Roma Mia Domenicca y quien antes trabajó en Quintonil, Maximo Bistrot y varios restaurantes en Cancún.
Canelones con salsa de uni y hormigas chicatanas
Al ser omakase, los comensales estamos a la merced del chef y su equipo de cocina, quienes nos sorprenden con creaciones fuera de serie en un compás audaz perfectamente ensamblado. La presentación de los platos es algo digno de destacar. La vajilla, divina, fue elaborada especialmente para este restaurante por varios diseñadores. Sin duda, destaca los colores y realza la mezcla de sabores y texturas para hacer aun más especial la propuesta. Y el emplatado, precioso sin ser sobrecargado ni opacar al producto estrella.
Puedes acompañar el menú degustación con vinos boutique, premium y naturales, cervezas híbridas -como las deliciosas Monstruo de Agua– y cocteles espectaculares. La carta es pequeña pero interesante; el sommelier siempre te puede hacer una recomendación de maridaje idónea.
Lubina con puré de coliflor
A partir de enero, Emilia Restaurant ofrecerá platillos a la carta. No más de siete, para conservar la esencia del lugar. Estos podrán ser degustados en las mesas que rodean la barra.
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La experiencia cuenta
Más allá de la comida, el ambiente complementa a la perfección la propuesta de este lugar creado por Lucho en asociación con Grupo Rokai. El menú degustación se sirve en una enorme barra cuadrada de mármol. Al centro de ésta, podemos ver al chef y a su equipo en acción. Un espectáculo digno de admirar, en el que el fuego de la estufa, los olores de los caldos y el frenesí de la cocina anuncian los manjares que habremos de probar.
La decoración es simple, acogedora y femenina. Las sillas de la barra son extraordinariamente cómodas; algo que se agradece. ¿Cuántas buenas experiencias culinarias pierden puntos por la mala elección de las sillas? Éste no es el caso. El trabajo de Kanako Ishida en conjunto con Lucho y sus socios, resulta ideal y perfectamente cuidado en todos sus detalles. La música, en elección y volumen, perfecta.
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Detalles y servicio excelsos
La finura en los detalles, desde el momento en que reservas hasta días después, cuando recibes un mail para evaluar la experiencia, es notable. Durante la cena misma, el servicio es impecable y realmente el invitado se siente muy apapachado. Al final, una linda nota de agradecimiento cierra un evento memorable para el estómago y el corazón.
Crema de toronjil
Mini madeleines y chocolates
Lucho me platica que Emilia Restaurant nació el 13 de diciembre de 2017. Desde entonces, él y sus socios se esmeraron en crear el concepto gastronómico, el lugar y todo lo que implica un proyecto de tal envergadura. Hace un año también nació Emilia, la hijita del chef, en cuyo honor nombraron así al restaurante. Lindo, ¿no? Te animo a que tú también vivas esta experiencia, ¡te va a fascinar!
Dónde: Emilia Restaurant. Rio Pánuco 132, Cuauhtémoc, CDMX. De lunes a sábado a partir de las 18:45 horas. Menú degustación: $1,300. Reservaciones en su sitio web.
