Praga es una ciudad con un ambiente auténtico y mágico. Hay una historia detrás de cada esquina, un sabor único en cada cafetería. Fundada en la última parte del siglo IX, Praga pronto se convirtió en la sede de los reyes de Bohemia, algunos de los cuales también reinaron como emperadores del Sacro Imperio Romano en tiempos posteriores. La ciudad floreció durante el reinado del siglo XIV de Carlos IV, quien ordenó la construcción de la Ciudad Nueva, el Puente de Carlos, la Catedral de San Vito: la catedral gótica más antigua de Europa Central. Praga fue la tercera ciudad más grande de Europa.
Escrito por Alexis Beard
En el corazón de toda esta historia, nos encontramos con un tesoro secreto … un monasterio agustino aún activo, el cual hoy en día forma parte del Augustine, a Luxury Collection Hotel, Praga, que durante muchos años ha mantenido vivas las historias de monjes agustinos.
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El hotel
The Augustine se encuentra en la prestigiosa zona de Mala Strana y está ubicado en un complejo protegido por la UNESCO de siete edificios históricos. El más grande data del siglo XIII y originalmente fue el Monasterio de San Tomás Agustino – de ahí el nombre de este hotel de lujo.
Los edificios del monasterio fueron confiscados a los monjes durante la era comunista de Checoslovaquia, y fueron devueltos después de la Revolución de 1989. Varios monjes practicantes comparten las paredes adyacentes al edificio. La reconstrucción del hotel se inició en agosto de 2006 y ha involucrado las minuciosas restauraciones y la reparación de las características arquitectónicas del edificio. Con más de 4.000 metros cúbicos de excavaciones arqueológicas, el diseño del hotel se ha visto influenciado por el diseño de los edificios históricos, claustros y patios, lo que ha dado lugar a muchas características y espacios notables. Fue una de las reconstrucciones más grandes y complejas de edificios históricos en Praga.
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Olga Polizzi, la talentosa diseñadora de The Augustine, implementó elementos de orden agustinos en el interior, los cuales combinó sensiblemente con el moderno estilo cubista checo. Uno de los aspectos más destacados de la propiedad es una torre astrológica que actualmente alberga una de las suites insignia del hotel, con inolvidables vistas de Praga.
Otra parte auténtica del hotel es la cervecería St. Thomas, fundada en 1358 como la cervecería del monasterio agustino. Hoy en día, la cervecería es un edificio renacentista con renovaciones barrocas y modernas adaptaciones. Según las leyendas de Praga, en los viejos tiempos, la cervecería St. Thomas era la única dentro de la ciudad donde el sabor de la cerveza perduraba a través de los años.
Dentro de este bello hotel, vivimos la experiencia de un viaje al pasado de Praga. Aquí, entre claustros y bajo bóvedas nos perdemos en la historia de esta majestuosa ciudad y nos dejamos llevar por la magia de hospedarnos en un antiguo monasterio.
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