Desde nopales y cítricos hasta desperdicio de café, estas marcas cuidan al planeta con alternativas de textiles veganos y ecológicos
La búsqueda por alternativas ecológicas es cada vez más necesaria para minimizar el impacto que tienen nuestras actividades y consumo hacia el planeta en donde cohabitamos. Tanto la industria restaurantera como la magnánima industria de la moda han causado a lo largo del tiempo daños a la naturaleza.
Por: Daniela Juárez
Desde el consumo desenfrenado hasta el desperdicio, es un problema que en la actualidad hay que acatar cada vez con más rapidez. Por lo que varias empresas han desarrollado con ayuda de la tecnología textiles elaborados a partir del uso de diversos frutos y vegetales. Éstos forman parte de la “moda circular”, una tendencia del movimiento slow fashion revolution que apuesta por métodos sostenibles desde el diseño hasta el consumidor.
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La piel y el cuero han sido uno de los materiales favoritos cuando se trata de bolsas y zapatos. Sin embargo, el ganado es uno de los mayores contaminantes y enemigos de la tierra. Por otra parte, la tendencia hacia el veganismo ha derivado la búsqueda de alternativas. Como lo es piñatex, un material 100% vegano que se elabora con los desechos de la piña, desde su cáscara hasta sus hojas. Creando una tela totalmente ecológica que asemeja con fidelidad al cuero.
Lo más asombroso de esta innovación es que el proceso de los residuos de la piña para convertirlos en tela crea una biomasa que se puede convertir en fertilizante. Investigaciones en curso, también han demostrado que este producto tiene propiedades antibacterianas lo cual podría funcionar para materiales médicos como vendajes.
Un dúo de emprendedores mexicanos creó la primera tela orgánica hecha a base de una combinación de algodón con nopal. ¿Nopal? Sí, esta maravilla nacional no solo enamora por su sabor y sus deliciosos frutos como el xoconostle. Sino que también se puede utilizar para la elaboración de textiles eco amigables, así lo demostró la marca de Desserto.
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Aparte de ser un material bastante resistente el cual tiene una duración de por lo menos 10 años, es verdad que el cultivo del nopal no requiere de mucha agua para su crecimiento. Además, es una tela transpirable y su uso puede ser multifacético como la fabricación de ropa hasta en la industria automotriz. Una opción que seguro empezará a cambiar nuestro modus operandi en diferentes aspectos.
Orange Fiber es una empresa fundada en 2014 por dos diseñadoras italianas en busca de una opción sostenible para la fabricación de textiles. Después de muchos años de investigación, lograron extraer celulosa del jugo y cáscaras de cítricos para convertirlos en un textil muy parecido a la seda, tanto en aspecto como en calidad. Este material es totalmente biodegradable y reutilizable.
Es una de las telas veganas más conocidas por su finura. Firmas como Salvatore Ferragamo se ha convertido en uno de sus embajadores dando impulso y fuerza a esta opción lanzando una colección especial llamada Ferragamo Orange Fiber Collection, la cual tuvo lanzamiento en el Día de la Tierra del año 2017.
Singtex es una fábrica de textiles con origen en Taiwán. Jason Chem, el CEO y tercera generación al mando de la empresa, observó cómo un día unas señoras recogían el residuo de café molido de un Starbucks. Tras investigar y encontrar que el café molido quita los malos olores corporales, Jason y su esposa decidieron crear una marca llamada S.Cafe.
¿De qué trata este proyecto? Es un proceso que combina poliéster hecho con botellas recicladas con los residuos de café molido para crear hilos. Mismos que se usan para hacer tela y ésta para la elaboración de ropa. Marcas como Timberland han utilizado esta alternativa para la fabricación de sus productos, manejando dos beneficios: ser sustentables y contrarrestar el mal olor de pies. Los residuos de café se obtienen de tiendas como Starbucks y Seven Eleven en Taiwán.
La próxima vez que tires la cáscara de la fruta que estás comiendo o te hagas un café y veas la molienda, tal vez pienses que estos desperdicios pueden ser más que un simple desecho.