MALTA DE PROPAGANDA

José Luis Calderoni, regiomontano y karateca, es un revolucionario de la malta. Probó su primera cerveza a los 18 años y quedó maravillado ante el potencial de aromas y sabores de cada estilo. Quedó tan “picado” que leyó un manual para dummies y vio cuanto tutorial encontró en YouTube para hacer cerveza.

Estudió la carrera de Tecnologías Cerveceras en la Siebel (World Brewing Academy) en Chicago, Estados Unidos, y al regresar quiso montar su propio proyecto. Aunque la escena del estado no daba indicios de apoyar una industria que no estuviera ligada a las marcas más consumidas, José creó Propaganda, “un concepto independiente que simboliza la nueva revolución cervecera. El puño izquierdo de la etiqueta significa el cambio, creamos tendencias en lugar de seguirlas. Así, cada cerveza es la propaganda de este movimiento”, afirma.

Si bien, la primera producción de Propaganda fue de 40 litros, hoy produce entre 1,500 y 4,000 litros mensuales, compitiendo con otras ocho cervecerías.

José cree que hay dos problemas en esta revolución: los equívocos que rondan al oficio y la falta de conocimiento de parte del consumidor. Por un lado, “la palabra artesanal es mal usada, se piensa que éstas pueden tener defectos y se asocian más con el volumen de producción que con los ingredientes y procesos. Por eso es mejor emplear el término independiente y tener cuidado con lo que se etiqueta como tal. Por el otro, somos el sexto país productor a nivel internacional, pero también donde menos se sabe al respecto”. Las personas piensan que clara y oscura son estilos, sin saber que hay más de 200. Es lo que las cervecerías industriales han intentado mercadear, junto con la idea de que la cerveza no sabe ni huele. Por eso, nuestro mayor reto es formar una cultura cervecera a través de la calidad y consistencia.”

Así, José experimenta con lúpulos de Nueva Zelanda y otros países,
combina cacao o café mexicano en sus especiales de temporada, tira las producciones que no salen excelentes y también da asesoría a otras empresas para hacer sus cervezas.

A sus 25 años, sabe que no debe bajar la guardia y por eso piensa sacar otra certificación en Alemania. Propaganda busca hacer la revolución con cada producto.

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