Todos hemos escuchado esta palabra, pero ¿Sabemos qué significa y qué la liga a nuestra historia en el valle de Tenochtitlán? Descúbrelo con nosotros. […]
Todos hemos escuchado esta palabra, pero ¿Sabemos qué significa y qué la liga a nuestra historia en el valle de Tenochtitlán? Descúbrelo con nosotros.
Por Colibrí Jiménez, Foto de portada Roman Hatori
El término viene del náhuatl chinamitl-pan, que significa “reja de cañas” y “sobre un lugar.” Son un método de la agricultura que data del siglo XIV. Fue creado por los xochimilcas y conservado por los mexicas al conquistarlos. Al llegar a nuestras tierras, los españoles quedaron asombrados por este sistema único en el mundo que era utilizado no sólo en Xochimilco, sino en un gran parte de la gran Tenochtitlán.
Las chinampas son pequeñas extensiones territoriales construidas sobre lagos o canales, que requieren de diferentes capas hechas de rocas, tierra, sauces, cañas y un revestimiento de lodo extraído del fondo de los mismos canales. Estos últimos están llenos de materia orgánica de muy alta calidad, puntuada por los agrónomos entre el 9 y 11%, lo cual quiere decir que es un suelo extremadamente fértil.
En Xochimilco abundan los árboles llamados sauces ahuejotes, cuyas raíces ayudan al sedimento del suelo y actúan como un borde natural para las capas alrededor de esta extensión territorial creada sobre el agua. La riqueza del suelo hace posible que no haya necesidad de utilizar químicos o pesticidas.
El lodo se obtiene de la profundidad de los canales con la ayuda de una herramienta en forma de aro y remo, hecha con una manta o malla gruesa atada a un palo largo y resistente. Este lodo es recopilado en una trajinera para después ser llevado a las chinampas, donde se prepara junto con otros minerales, como el carbón y el tequesquite, y se deja reposar un día completo para que tome una forma consistente y se pueda trabajar. Posterior a esto, se forman los “chapines”, que son cuadrados sobre el lodo hechos con la ayuda de un rastrillo.
Los chapines fungen como almácigos (incubadoras de semillas). En cada uno se coloca una simiente y en cada chinampa se pueden distribuir más de cinco mil semillas de diferentes cultivos. Una vez que comienzan a brotar, aproximadamente después de los treinta días, se tienen que transplantar. Se utiliza un método llamado acolchado, que consiste en acomodar una cama de pasto seco para poder controlar la humedad en los cultivos, mientras que para nutrir a las chinampas se elabora composta con métodos orgánicos, los cuales aprovechan los mismos ingredientes que hay dentro del entorno. Esta técnica de elaboración ancestral se conserva orgullosamente en Xochimilco.
Para proteger a los chapines y los sembradíos, se coloca una malla que los cubra de cualquier agente que los ponga en peligro, como la lluvia, el granizo, y el exceso de tierra y luz solar. Estos cuidados, sumados a la riqueza del suelo, hacen que las chinampas no sean cultivos de temporada, sino permanentes.
UNA TRADICIÓN EN PELIGRO
Este sistema se ha enfrentado al reto de seguir existiendo en las últimas décadas. Tuvo su esplendor en los tiempos prehispánicos y fue disminuyendo debido a la urbanización y al uso del agua y de los canales para el suministro de la ciudad.
El cultivo se fue reduciendo hasta quedar casi en el olvido esta problemática hizo que la gente conocedora del método ancestral, no hallara un ingreso suficiente con dicho trabajo y decidiera abandonar el campo. A esto se enfrentan también los agricultores de todo el país y que usan otros procedimientos para sembrar.
LAS NUEVAS GENERACIONES
La empresa Yolcan se dedica desde hace cinco años al proyecto de rescate y reposicionamiento de las chinampas en el embarcadero de Cuemanco, colaborando con la comunidad xochimilca y comercializando los vegetales, los brotes y las hortalizas con los mejores restaurantes y chefs de la Ciudad de México, quienes se han hecho sus clientes gracias a la inigualable calidad de sus productos 100% orgánicos y sustentables.
En nuestra visita al embarcadero donde están las chinampas de Yolcan, platicamos con Don Noé, quien es nativo de Xochimilco y es la cuarta generación dedicada a esta forma de cultivo. Él aporta su sabiduría agrícola y su amor transgeneracional al proyecto de rescate de las chinampas. Con paciencia nos explica que en Xochimilco se puede plantar de todo: “calabazas, chilacayotes, flores, todo tipo de hortalizas, lechugas, tomates, rábanos, coles, espinacas, coliflores, nabos, brócolis, entre muchos otros”.
Con la intención de optimizar resultados y mantener la excelente calidad de sus productos, en Yolcan controlan todo a través de listas donde capturan información como la fecha de cultivo, el tipo de semilla utilizada, su procedencia, el método empleado, cuántos gramos de semilla se usaron y la fase lunar de la siembra.
Toño y Lucio, fundadores de Yolcan, piensan que la agricultura sustentable y el comercio justo son fundamentales para mantener este método, que es también fuente de alimentación para muchas familias y un elemento de identidad de la comunidad. A través de su empresa, resultado de la unión entre la tradición y la modernidad, ofrecen hortalizas, frutas y vegetales de excelente calidad para la venta al público en general, así como visitas guiadas a las chinampas. Éste es un proyecto que sin duda vale la pena conocer.
pedidos@yolcan.com 55126333 Aventura Gastronómica T. 5563903486 www.aventuragastronomica.mx