El mundo de los cuchillos es más amplio de lo que crees. Saber elegir que cuchillos comprar, usar y cómo cuidarlos puede hacer una gran diferencia.
El mundo de los cuchillos es más amplio de lo que imaginabas. Tratar de escoger un buen primer set de piezas puede resultar un tanto abrumador por la cantidad de opciones, marcas y tamaños que encontrarás en el mercado. Te presentamos algunos de los errores más comunes que se cometen al comprar y conservar los cuchillos para que sepas cómo evitarlos.
Por Michelle López – @Mich_Lv
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Puede ser tentador ahorrarse dinero e ir a la compra de las piezas más baratas, pero a largo plazo esto será contraproducente. Los cuchillos que cuestan menos tendrán también menor calidad, por lo que será más común que se dañen o desgasten, además de que no producirán buenos cortes, dañarán los ingredientes, y hasta corres el riesgo de lastimarte.
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Si bien hay cuchillos versátiles que permiten desempeñar varias funciones, lo mejor será que dividamos los cuchillos por tareas: no es lo mismo el cuchillo que pela papas o corta frutos secos que el que limpia pescado. Mantener cada cuchillo en su función alargará la vida de cada uno y además permitirá trabajar mejor con los ingredientes.
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¡Prohibido amontonar todos los cuchillos juntos en un cajón! Con eso sólo lograrás que las hojas se azoten unas contra otras y se estropeen. Cada cuchillo debe guardarse con cierta protección individual (piensa, por ejemplo, en cómo se guardan las brochas de maquillaje dentro de su kit) para mantener su filo y calidad.
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Aunque sea más tardado, lo mejor es lavar los cuchillos uno por uno y a mano. De esta forma podrás darle a cada uno el cuidado que requiere con productos y trato adecuados. Además así los proteges de las altas temperaturas que pueden generarse al interior del lavavajillas. Esto prolongará la vida de las piezas y conservará su filo y estructura.
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Un filo óptimo es el alma de un cuchillo. Es la única forma de obtener cortes limpios y correctos con facilidad, además de que con un cuchillo poco afilado crece el riesgo de que lo que se rebane sean nuestros dedos. Al primer indicio de que un cuchillo empieza a fallar, asegúrate de darle una buena afilada.