Calor, mucho calor. Terrazas, bebidas frescas y vacaciones a la vista. Un excelente momento para parar, reflexionar un poco en qué y cómo comemos todos los días.
Gabriela Rentería, editora, en la cocina de Ambrosía, junto a los cocineros que elaboraron las recetas para En portada.
No creo ser purista, me gusta compartir ideas y agregar a las mías nuevas percepciones y experiencias. No soy vegetariana, aunque tampoco una fan extrema de la carne. Creo más bien en las proporciones y en el equilibrio. Si bien soy fan de la dieta mediterránea, no la practico. Ni ésa ni otra.
Me gusta comer bien y creo que lo único que es determinante a la hora de elegir lo que como es la calidad. Si voy a optar por un jugoso trozo de bife procuro que sea uno muy bueno. Lo mismo con los vegetales que cocino en casa; los lácteos y las bebidas. No sigo ninguna tendencia gastronómica, simplemente me guío por el sentido común y por el feeling culinario que desde pequeña me enseñaron mi madre y mi abuela: a mayor calidad, mayor sabor y más salud.
Hay que tener bien presente que en la cocina sí importa lo que uno compra, pero no se trata necesariamente de gastar más: el chiste está en racionar de mejor manera la alacena y entender que con poco se puede hacer más.
No es descubrir el hilo negro, ni adoptar una postura radical, por lo menos no lo es para mí. Es cosa de buscar alternativas y volver a lo básico: al buen comer.
Y justo sobre eso, alternativas, va este número de elgourmet. Recetas que excluyen cualquier tipo de carne y te demuestran qué tan fácil, balanceado (y poco costoso) puede ser llevar a la mesa platillos nuevos.
Con estas delicias a la mano, le doy la bienvenida a mi querido Julio Patán, escritor, editor, periodista, comunicador, pero 
sobre todo, buen bebedor y feliz glotón. Debería decir que fue muy difícil convencerlo de estar aquí, pero no me gusta mentir. Tampoco crean que fue tan fácil.
De alguna manera logré conquistar su gula y juntos encontramos un buen hilo conductor para su participación en elgourmet. Julio es un apasionado de la buena mesa y busca ahora, con una justificación profesional, productos, vinos; lugares que tengan una excelente relación entre su calidad y su precio. No se lo pueden perder mes con mes. Les encantará como a mí, su liviana acidez, honestidad, buen gusto y su sentido del humor.
Repito: comer y beber bien no tiene que ver con tomar posturas o encontrar el hilo negro, es cuestión de “alargarlo y no verle el final”, como nos dijo don Domingo, un nuevo amigo hacedor de charcutería artesanal, a mí y a Julio hace poco en Chipilo. Sabiduría popular que sirve muy bien para entender por qué y para qué hay que lograr el equilibrio.
Gaby Rentería
Editora
@gabyrenterian
