Carta editorial de nuestra edición octubre 2013 dedicada al café, el elíxir que combina con todo… Por Inés M. Saavedra @inessaavedra Un año más ha […]
Por Inés M. Saavedra @inessaavedra
Un año más ha pasado de pronto. Los cambios de ciclo son evidentes cuando comienzan a caer las hojas de los árboles. Las tazas humeantes se vuelven refugio de citadinos, mientras los cafés se llenan de buenas conversaciones.
Es importante aprender del otoño, aprender a soltar, prepararse para despertar más verdes que nunca en primavera. Igual que la naturaleza, hemos llenado las páginas de esta revista, hoja a hoja, receta a receta, edición a edición; vamos de las heladerías a las tazas de café y de los mangos a los tomates según lo dicte la temporada.
Es octubre y los días se acortan. La luz y los colores del paisaje van cambiando: ya no hay mangos en el mercado, comienzan a aparecer las mandarinas y las manzanas. Es tiempo de hornear tartas; son tardes para estar en la cocina y dejar que las pláticas emanen entre conserva y conserva.
Es otoño y viene un cambio de ciclo. Hay que dejar fluir las ideas, que las revoluciones sucedan. Por eso las páginas de esta edición traen consigo el cambio: nuevas secciones y tipografía nueva, historias de revolución y de cafetales. Porque el café es el mayor de los viajeros, el aventurero más arriesgado. Igual que él, hicimos una expedición a los aromas, hoja a hoja, siempre hasta la última página, para dar la vuelta al ciclo y emprender la vida.