Puntos que debes tomar en cuenta al momento de saborear una ostra, desde su aroma hasta la forma en que la llevas a tu boca
Comer ostras puede parecer lo más sencillo del mundo, pero tiene su técnica, y te decimos cual es para que las disfrutes como todo un gourmet:
Lo ideal es que el color de la ostra siempre sea opaco. Otro punto a tomar en cuenta es que la carne tenga un color claro y liso y hay que cuidar que la ostra ocupe toda su concha ya que muchas veces se sirven unas que tiene demasiada agua en su interior y evidentemente esto afecta el sabor.
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En cuanto recibas tu ostra debes descubrir los aromas que esta te ofrece, deben ser parecidos a la brisa marina, que se note su frescura desde la nariz. Si percibes un olor extraño posiblemente tu ostra ya se encuentra en mal estado.
No todas las ostras son iguales, las que provienen de costas occidentales son más pequeñas y tienen un sabor más dulce a las del golfo que suelen ser más sustanciosas. Para saber cuál te gusta más trata de probar siempre las ostras locales de los lugares que visitas.
Lo ideal es comerlas al natural, de esta manera se pueden apreciar todos sus sabores, aunque cada uno la puede preparar a su gusto y de distinta manera: asadas, al vapor, gratinadas, a la mantequilla, etc.
La mejor opción para comer una ostra es sencilla: de un solo bocado. Si masticas el interior es mejor porque así es posible apreciar todos sus sabores.
El mejor acompañante de una ostra es un buen champagne o vino blanco, aunque recientemente algunos expertos sugieren consumirlas con cervezas artesanales.