Espacios arriesgados y sofisticados, con un toque de extraordinaria creatividad y un exquisito gusto. Esto es lo que propone Margaret Bissu, diseñadora textil con especialidad en interiorismo, reconocida en el diseño de interiores en México y el mundo a través de su despacho Margaret Bissu Interior Design. Cada proyecto es sublime, majestuoso y sumamente sensorial. Colores, texturas y siluetas que se complementan para dar vida a ambientes con personalidad única; siempre habitables, funcionales y acogedores.
Tuve la oportunidad de conversar con Margaret, quien me sorprende no sólo por el profesionalismo y la pasión que transmite en cada palabra, sino por su gran corazón, ya que parte de su carrera la ha enfocado a apoyar causas sociales y comunidades de artesanos. Admiro su excelente gusto, el resultado de sus proyectos de interiorismo ysu calidez al platicar sobre la relevante carrera que ha construido a lo largo de más de 15 años, de los cuales 8 han sido por su cuenta.
¿Margaret, ¿cómo iniciaste tu carrera en el interiorismo?
Yo estudié Diseño Textil en la Universidad Iberoamericana. Yo quería ser diseñadora de modas en un principio. Empecé a trabajar casi iniaciando la carrera, en un despacho que hacía hotelería y tapices para hotelería. Y ahí tuve oportunidad de colaborar en proyectos como Maroma y la renovación del hotel Live Aqua Cancún, muy de la mano con el gran arquitecto Francisco Hanhausen.
Cuando terminé la carrera, sentí que era momento de darle otro giro, y me especialicé en interiorismo. Y entré a un despacho que ya no existe, donde trabajé con Sally Azar, esposa de Roy Azar, arquitecto de renombre. Trabajé 6 ó 7 años con ella, y siempre digo que es mi mentora, porque me enseñó muchísimas cosas. Entre otros proyectos, hicimos Hotel Matilda; fuimos el despacho local, en conjunto con un despacho de Estados Unidos y un interiorista famosísimo que se llama Chad James. Nosotros aterrizamos muchas cosas en México.
Margaret Bissu
Siempre, en mis dos trabajos durante este proceso de experimentar y aprender, tuve la oportunidad de trabajar con los mejores arquitectos e interioristas de México y del mundo, algo que sin duda, agradezco. Hasta que, un día, llegó el momento en el que dije: “Ya estoy lista”. Y tomé la decisión de independizarme, y abrir mi propio despacho.
Así nació Margaret Bissu Interior Design, y a la semana ya tenía una casa en Bosques de Santa Fe, en donde trabajé con Carlos Herrera, que es un gran arquitecto. Y también me contrataron de Diarq con Hilda Espino para el hotel Mahekal Beach Resort en Playa del Carmen. Y desde ahí, llevo 8 años con mi despacho, y gracias a la vida no he parado. Ha sido uno tras otro proyecto en un proceso de mucho aprendizaje, pero muy contenta, porque hago lo que me apasiona.
Estaba viendo algunos de tus proyectos, y me parecen maravillosos. Son impactantes, pero a la vez son acogedores y habitables. ¿Cómo definirías tu estilo o tu propuesta de diseño?
Es único en muchos sentidos, porque no repito el mismo concepto en mis proyectos. Cada proyecto que hago es completamente diferente. Hay una búsqueda, una reinvención no sólo de conceptos o ideas, sino de mí misma, también.
Pienso que ni todos los clientes ni los espacios ni nosotros mismos somos iguales a lo largo del tiempo. Vamos evolucionando. Cuando mis clientes regresan a mí y me vuelven a buscar, ni siquiera ellos están en el mismo lugar, ni yo tampoco. Por eso, siempre creo a partir de cero.
Proyecto Punta Ixtapa
Eso sí, yo hago high end, soy luxury. Y no tiene nada que ver con el tema de caro o barato, porque no va por ahí. El tema del luxury es una forma de vivir que no tiene que ver con cuánto gastas sino cómo lo gastas. Si te muestro todos mis proyectos y te pregunto cuál crees que tuvo presupuesto abierto y cuál limitado, siento que no sería tan fácil notarlo. Eso es un resultado bueno, porque ahí está la prueba de que no tiene que ser caro, tiene que estar bien planteado.
A mí me gusta el color, soy textilera, amo combinar texturas, materiales… De ahí que considero que el estilo de Margaret Bissu Interior Design es arriesgado y sofisticado, porque mezclo telas, hay candiles gigantes, combino miles de colores, incorporo tapetes… Al final, todos mis proyectos, por más diferentes que sean, siempre se inclinan a eso. Eso lo tengo claro, y también, que hago high end.
Me encanta que juegas con colores, siluetas, piezas protagónicas y combinaciones que uno pensaría que no funcionan, pero en el resultado es notorio que sí o hacen. ¡Y de maravilla! ¡
Sí, me gusta jugar, crear… Pero siempre bajo la idea de que los espacios sean atemporales, y que realmente puedas habitarlos. Porque hay interioristas que hacen cosas increíbles, pero son más de revista, no tanto para habitar.
Por ejemplo, ahorita está muy de moda este tema artesanal, el mimbre, el estilo Puerto Escondido que amo y adoro. Pero a mis clientes, por lo general, no les gusta, porque en el día a día no es cómodo si no estás en un contexto de vacaciones. Hay cosas que como concepto son increíbles, pero al momento de diseñar, siempre hay que pensar en una forma de vida y escanear al cliente.
Proyecto Playamar Tres Cantos
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¿Qué tanto trabajas de la mano con tus clientes?
Mucho. Para mí, es básico conocer a mis clientes para poder aterrizar proyecto diseñados y creados con ellos en mente. Yo hago proyectos a la medida para cada uno de mis clientes. Es un conjunto de su propia vida, y también de la mía. Tengo que llegar a un punto medio para fusionarlo. Y los clientes me tienen confianza, porque es un tema de hacer click, de entenderse, de conocerse y se vuelve una relación.
¿Cómo es el proceso de creación de tus proyectos?
Soy meticulosa, y muy apasionada. Por lo menos, en inspiración me tardo un mes en hacer búsqueda. Me gusta estarme actualizando, ver qué están haciendo mis colegas y conocer las tendencias y hacia dónde se inclina el mercado. También, ver qué se está haciendo en otros lados, y cómo se adapta eso a México. Y luego, acoplarlo a mi estilo, porque no todo lo que está en tendencia es lo que me gustaría hacer.
Realmente, depende del cliente y qué se necesite. He logrado amueblar una casa en dos semanas, cuando le urge. Pero cuando requiere obra, en una casa de 500 a 600 metros cuadrados, me tardo de 6 a 8 meses. Ahorita estoy haciendo una casa de 2,500 metros cuadrados y llevamos ya año y medio trabajando en ella, porque se está construyendo. Cada proyecto depende de lo que requiera.
Proyecto Valle de Bravo
Pero, en general, es un proceso de buscar tendencias, aterrizar la idea, entregar las láminas con todos los alzados, planos, etcétera. Saber qué se va a maquilar en México y qué vamos a importar. Es padrísimo, porque vas plasmando y creando. Y cuando llegas a la parte de montaje y lo ves en vivo, a todo color, dices “wow”.
Ahora en pandemia, ¿cuál ha sido tu experiencia?
No hemos parado y ahorita tenemos mucho trabajo. Nos están pidiendo no tanta remodelación, sino casas nuevas. Clientes que se van a mudar o que van a comprar una segunda o tercera casa. Tenemos mucho residencial. Me encantaría hacer hotelería, pero ahorita casi todo es residencial y para desarrollar desde cero. Estamos haciendo cosas en Los Cabos, Acapulco, Valle de Bravo, en la CDMX -Coyoacán, Polanco, Bosques-. También oficinas, casas en Miami…
Lo que nos ha pegado más en el COVID-19 ha sido la cantidad de proyectos y cómo nos hemos tenido que reestructurar en la oficina cuando es trabajo de campo, eso es lo complicado. Hemos recurrido a muchos colaboradores locales, llamadas por videoconferencia y demás.
Además del gris y el amarillo que propone Pantone para 2021, ¿qué tendencias en interiorismo vienen para este año?
Como seguimos en COVID, la tendencia sigue siendo la misma que el año pasado. Muchos materiales naturales, como barro, sisal, tejidos de mimbre y loseta cerámica. Papeles tapices con prints de animales y vegetación. Mucho print. Esto viene desde principios de 2020, pero cuando llegó la pandemia, se empezó a refinar, y se adoptaron muchas maderas claras, y los tonos encendidos de verde y azul se rebajaron a tonos pasteles en conjunto con la gama de neutros.
Vienen las líneas orgánicas en los sillones y el mobiliario en general, todo con curvas, nada picudo o puntiagudo. Y también, vemos toques de la tendencia de mid century, que se me hace espectacular. Lo que necesitamos es fluir, y estas líneas curvas nos da fluidez en los espacios.
También sigue fuerte la tendencia de incluir el exterior en el interior; poner plantas y flores vivas.
Otra cosa interesante es que nosotros estamos acostumbrados a espacios grandes, pero con la pandemia, la casa ahora es también la oficina, el gimnasio… Entonces se empezó a retomar mucho el estilo japonés de seccionar y delimitar más los espacios, para poderlos habitar de distintas formas. Cerrar con mamparas, con puertas corredizas, biombos…
Proyecto Ahuacate
Es una tendencia entre escandinava, japonesa, mid century y natural, que busca brindar paz y relajación. A mí me gusta mucho incluir libros con buen diseño y velas aromáticas para elevar la frecuencia energética. Todo lo que nos remite a ser libres, hay que traerlo a la casa.
Yo creo que va a seguir así todo 2021, o quizá después de la vacuna cambie un poquito, si volvemos a lo que conocíamos como normalidad. Eso es lo que nos da la pauta para las tendencias.
Leí que has trabajado con comunidades de artesanas de Yucatán, platícame un poco de eso.
Sí, fue como parte de un proyecto llamado Hilando México, que sigue, pero yo lo tuve que dejar por tanto trabajo. Me siento muy orgullosa de haber sido de las primeras en trabajar con estas mujeres y en pulirlo, porque eso fue lo que me tocó. Para mí fue un parteaguas en mi vida, porque a veces pensamos que nosotros le debemos de enseñar a los artesanos, y no. Podemos aportar, pero ellos nos aportan mucho más acerca de cómo podemos transformar y utilizar el color y sobre el significado detrás de esas combinaciones en los textiles mayas. Yo fui afortunada al participar en este proyecto, y llevarlo a high end. Hilando México está en L’otel, en Chablé, en el extranjero… Fue un proyecto muy bonito.
Pero a raíz de Hilando México, que nos tardamos cinco años en sacarlo adelante, me invitaron a participar en otra fundación que se llama Mi Valedor. Una fundación que nació hace 8 ó 10 años. Uno de mis hermanos está muy involucrado, y el año pasado me integré yo para ayudar en lo más que pueda. Yo consigo donativos con mis propios clientes e intento que entiendan que es una gran causa, y más ahorita en pandemia. Es de las cosas más importantes que están pasando en el mundo, hoy por hoy.
Esta situación de reincorporar a la gente que no ha tenido una segunda oportunidad para poder reinsertarse en la sociedad es importantísima, porque la gente se está muriendo de hambre. Y siento que nosotros, como sociedad, tenemos que tener un poco la iniciativa y entender la importancia de reintegrar a la gente que vive en situación de calle y no renegarla. Ser inclusivos y ver cómo realmente podemos ayudar.
La gente que llega a esa situación de calle pierde el sentido del valor de su persona y tenemos que ser un poquito más humanos. Voltear a ver al otro y ver que hay gente que la está pasando muy mal. El año pasado estuvieron a dos de cerrar la fundación, porque cuesta trabajo que la gente done en estos tiempos. Pero estas causas no las podemos dejar atrás, porque hacen un cambio en el mundo.
Proyecto The Limited
¿Algo más que quisieras agregar, Margaret?
Pues nada. Me encantaría que los lectores de Bleu & Blanc conozcan mi trabajo, y que me den la oportunidad de crear espacios únicos para ellos. Y que sepan que hago mucho residencial, pero me fascinaría trabajar también en proyectos de hotelería y comerciales. Así que, aquí estoy.
Para conocer más sobre la propuesta de Margaret Bissu Interior Design y contactar a Margaret, te recomendamos visitar su sitio web y su página en Facebook.
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