Es cada vez más común encontrarse con la pasta integral a nivel mundial, pero ¿realmente deberíamos cambiar a esta opción para preservar la salud?
La pasta es uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo por múltiples razones. Podemos agradecerle este importante aporte a los italianos; ellos se encargaron de compartir este alimento que hoy, es considerado como un tesoro culinario. Sin embargo, con el paso del tiempo y los avances tecnológicos, se han puesto en marcha investigaciones que comparan directamente a la pasta integral con la refinada.
La discusión entre si una opción es mejor que otra siempre termina por liderar la conversación. Pero antes de pelear, vale la pena conocer a detalle sobre las diferencias y que tan importantes son. En esta nota, te revelamos sobre la composición, así como los cambios cruciales que han llevado a la pasta integral, a convertirse en una alternativa atractiva dentro del mercado.
Por: Desiree Perea
En los últimos años, es cada vez más fácil encontrar opciones integrales de un sinfín de alimentos: pan, pasta, harinas, cereales, tortillas, etc. Justamente la pasta integral ha llamado la atención de personas que buscan mejorar su alimentación sin renunciar a la amplia oferta de platillos. A grandes rasgos, el proceso de producción es lo que marca la diferencia entre ambas versiones.
La pasta es un alimento que parte del trigo, sin embargo, el grano se puede aprovechar entero o procesado. Para la pasta integral, las 3 partes que conforman al trigo se mantienen intactas: el salvado, el germen y el endospermo. Gracias a esto, tanto las propiedades como la apariencia y el sabor sufren cambios que para nada son negativos.
Te podría interesar: 5 errores que no deberías cometer al cocinar pasta
Suele tener un color café ligeramente oscuro, la textura es más densa y las notas terrosas son predominantes. Vale la pena adentrarnos en las propiedades que presume la pasta integral frente a la refinada; la que se considera más importante es el aporte de fibra dietética. Este elemento permite cuidar de la salud digestiva de manera natural; ayuda a prevenir el estreñimiento y logra mantener al cuerpo satisfecho con una porción menos abundante.
Por otro lado, no está de más mencionar que la pasta integral concentra nutrientes completos. Sin importar el tamaño de la porción, las vitaminas y minerales que se quedan son:
Para las personas con diabetes o resistencia a la insulina, la pasta integral es la única opción disponible en su dieta. Es un alimento de índice glucémico bajo; esto quiere decir que gracias a la fibra, la liberación de la glucosa se vuelve un proceso gradual para evitar los picos de azúcar.
Aunque es cada vez más popular, la pasta integral aún no termina por convencer a todo el mercado. Sus beneficios están más que comprobados, sin embargo, los cambios en cuanto a sabor y color son notables; es por ello que muchas personas aún se niegan a incorporarla a su dieta. Está de más decir que esta alternativa no tiene nada de malo; es igual de versátil y se puede preparar en minutos.
Te podría interesar: ¿Cuál es el origen y por qué amamos el fideo seco en México?
Para aquellos que están listos para darle una oportunidad, es importante considerar algunos consejos clave. Para cocinar la pasta integral, la porción de agua aumenta ligeramente; además, el proceso de cocción suele tardar un poco más. Es importante revisar el término para evitar que se apelmace o que quede cruda. Una vez dominada, no hay forma de dejar de consumirla.
No vale la pena crear una discusión enorme para vender la pasta integral como la mejor opción. De vez en cuando, la pasta refinada puede tener un lugar en el menú, sin embargo, no tiene por que ser la única opción. Puedes hacer el cambio de manera paulatina, para así, abrirle las puertas de tu cocina a este super alimento.