Descubre la historia, receta y curiosidades del sándwich Montecristo, un clásico de la gastronomía estadounidense con influencia francesa marcada.
Estados Unidos se encargó de presentar uno de los sándwiches favoritos para el desayuno. El sándwich Montecristo supo ganarse los paladares alrededor del mundo con su simpleza, así como la atinada combinación de sus ingredientes. Al interior, jamón y queso fundido; en la parte exterior, dos rebanadas de pan crujientes y húmedas a la vez. La desconocida historia acerca de su origen, no ha impedido que se olvide y se siga replicando en la actualidad.
Por: Desiree Perea
Aunque para algunos es difícil de aceptar, el sándwich Montecristo está directamente relacionado con Francia. Aunque la receta no nació aquí, el Croque Monsieur sí. Este icónico sándwich comenzó a servirse durante las primeras décadas del siglo 20, específicamente dentro de las cafeterías parisinas. La simple pero perfecta combinación de sus ingredientes, lo llevó a convertirse en un éxito mundial.
Fue hasta la década de los años 50 cuando aterrizo en el continente americano. Aquí, la receta original no tardo en sufrir modificaciones; y es Estados Unidos, quien puede presumir como propio al sándwich Montecristo. La anatomía de ambas creaciones es casi idéntica; sin embargo, la versión estadounidense encontró la forma de aportar mayor humedad.
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Sobre la presentación oficial de sándwich Montecristo no hay mucha información. Sin embargo, el relato más popular coloca a California como el lugar de nacimiento oficial. Algunas teorías reconocen al hotel Coronado (en San Diego); mientras que otros mencionan que el parque temático Disneyland (en Anaheim) compartió la receta con todos sus visitantes.
La comparación entre el sándwich Montecristo y el Croque Monsieur es inevitable. De hecho, en muchas ocasiones es tema de conversación que termina en discusión. Ambas versiones deben entenderse por separado. Si bien la versión estadounidense se inspiró en la francesa, los ligeros cambios que se hicieron fueron realmente atinados; sobretodo para todos los amantes de los platillos que combinan sabores dulces y salados.
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Ambas recetas se sirven calientes, no hay forma de servirlos sin que el queso se funda y que la capa exterior tome una textura crujiente. Una vez que el jamón y el queso están dentro de las rebanadas de pan, el sándwich Montecristo dicta que debe humedecerse por completo en huevos batidos. Por otro lado, el sartén caliente con una buena cantidad de mantequilla ya debe estar esperando.
Una vez que esté perfectamente dorado, está listo para servirse y disfrutarse al momento. Algunos optan por espolvorear un poco de azúcar glass, o añadir un poco de miel de maple o hasta mermelada. Finalmente, pero no menos importantes, las guarniciones para acompañar tienen que ser las adecuadas; ya sea con ensalada fresca, hash browns o tocino crujiente.
Aunque puede parecer simple, el proceso y los ingredientes son claves para poder presentar al sándwich Montecristo como tal. Su mezcla de texturas crujientes y el sutil toque dulce, lo convierten en una opción perfecta para el desayuno, brunch o la cena.