Remojar los frijoles es una tarea que prácticamente se hace en automático; pero ¿por que lo hacemos? Te contamos sobre los efectos que tiene este proceso.
En el corazón de la cocina mexicana, el frijol tiene gran peso. Desde los humeantes frijoles de la olla hasta los refritos que acompañan cada plato, simplemente no pasan desapercibidos. Cocinar este tipo de legumbre es exige paciencia y atención al detalle; donde remojar los frijoles es un paso que hoy se considera clave. Pero, ¿por qué debemos hacerlo? En esta nota, te contamos sobre los efectos que respaldan esta práctica; así, podrás decidir si vale o no la pena aplicarla.
Por: Desiree Perea
Comer frijoles es una de esas ideas que siempre se piensa dos veces por un efecto que no es nada cómodo: los gases. Aunque son altamente nutritivos, los frijoles crudos poseen ciertas sustancias que, sin el proceso de remojo, son difíciles de digerir para nuestro cuerpo. Los culpables de esta molestia son los oligosacáridos; son carbohidratos complejos que no pueden ser descompuestos por el sistema digestivo humano.
Cuando llegan al intestino grueso, las bacterias de la flora intestinal los fermentan, un proceso que produce gases de forma natural. Esta fermentación es la causa principal de la inflamación, los gases y el malestar abdominal que se asocian con el consumo de frijoles. Sin embargo, al remojar los frijoles es posible eliminar gran parte de este compuesto.
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Por otro lado, también es importante mencionar que este proceso ayuda a reducir en gran medida el tiempo de cocción. Los frijoles crudos son semillas deshidratadas; al mantener una capa exterior gruesa, requieren de un proceso de hidratación largo, incluso si se cocinan en olla de presión. De esta manera, remojar los frijoles desde una noche antes permite acelerar este proceso; así que no necesitarán tanto tiempo en la estufa.
Por último pero no menos importante, esta práctica también tiene efectos a nivel de sabor y textura final. Un frijol bien hidratado está listo para absorber los sabores. Durante la cocción, los frijoles remojados absorben mejor los aromas y matices de los ingredientes que los acompañan.
No tienes por qué restringir el consumo de esta legumbre por lo efectos secundarios que llegan a tener. Aunque representa un paso extra tardado, remojar los frijoles es una decisión inteligente. Lo ideal es colocarlos dentro de un recipiente amplio y el agua debe cubrir por completo los granos. Mientras más tiempo pasen dentro del agua mejor.
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Una vez que paso el tiempo (mínimo 8 horas), es crucial desechar el agua; por nada del mundo pienses en cocinarlos así. El agua absorbe por completo los compuestos que son pesados para el sistema digestivos, por lo que no debe aprovecharse. Si no quieres desecharla así nada más, puedes regar las plantas con ella.
Remojar los frijoles es una tarea sencilla, pero en algunos casos, puede parecer una pérdida de tiempo. Ahora que conoces sus efectos, no dejarás que pase desapercibida esta tarea. Así, podrás disfrutar de una buena porción en el momento que lo desees, sin arriesgar a tu estómago a pasar un mal momento.