¿Cremosos o de agua? Los sabores para elegir en los raspados mexicanos son realmente amplios. Te contamos sobre su historia y que los hace tan especiales.
En los días calurosos de México, no hay nada más refrescante y delicioso que un raspado. Este postre tradicional consiste en hielo finamente raspado que se baña con jarabes frutales a elección personal. Para tenerlo listo se requiere de mucha fuerza en brazo, por lo que deben ser reconocidos a lo grande. Los hay dulces, cremosos y hasta picantes. En esta nota te contamos un poco sobre la importancia de los raspados mexicanos dentro de nuestra cultura.
Por: Desiree Perea
Existen registros de versiones de los raspados desde la antigua Grecia. Una primer forma de preparación de este postre refrescante consistía en hielo picado al que se le daba sabor con jugo de fruta o simplemente miel. Con el paso del tiempo, la receta fue expandiéndose por diferentes territorios. Y fueron los árabes quienes decidieron explorar incluso en la parte aromática. En México se conocieron en hasta la época colonial.
Si bien la preparación de los raspados mexicanos en ese momento era rústica, el ingenio no tardo en ayudar a hacer esta tarea mucho más fácil. Este postre perfecto para combatir el calor se vende sí o sí en las calles. Los puestos son muchas veces móviles. Ya sea en una especie de carretilla o una estructura que se mueve gracias a una bicicleta.
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La magia de los raspados mexicanos está en el proceso de preparación. Pues cada puesto cuenta con un bloque grande de hielo, que se raspa al momento para servir en un vaso. Una vez lista la porción de hielo, al frente se encuentran los recipientes con los sabores disponibles. Dentro de los populares encontramos limón, grosella, guanábana, tamarindo y fresa. También existen opciones cremosas como arroz con leche, nuez o rompope.
Si bien tienen diferentes denominaciones, dependiendo el lugar de la República donde se encuentren, es realmente fácil identificarlos. Los raspados mexicanos representan hoy en día una tradición que se mantiene vigente. Es todo un espectáculo apreciar la preparación de este antojito dulce. Y que con este calor, son más que bienvenidos.
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Gracias a la amplia variedad de frutas que podemos encontrar en México, los sabores de los raspados mexicanos conforman una amplia lista. Además, la ventaja es que estos puestos están disponibles todo el año. Con un menú que cambia de acuerdo a la temporada de las frutas. Los jarabes son espesos y concentrados, para poder lograr un buen sabor al fusionarse con el hielo.
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Estos se preparan de manera casera, siempre con fruta natural. Algunos incluso incluyen pequeños trozos de fruta que también se sirven. La base es un jarabe natural, únicamente se prepara con agua y azúcar, a fuego lento hasta que se logre una consistencia ligeramente espesa. Para añadir el sabor frutal, se debe mezclar con puré de fruta y se deja enfriar antes de guardar en un recipiente.
También puedes optar por añadir un poco de colorante comestibles. De esta forma, la paleta de colores se vuelve más atractiva a la vista. Ya sea que prefieras salir por unos raspados mexicanos o hacerlos en casa. Ambas opciones son válidas. Una vez listo, si te gusta el picante, puedes decorar con un poco de chamoy, miguelito u otro tipo de chile en polvo.