Aprovecha al máximo el tamarindo fresco esta temporada. Te contamos sobre los mejores métodos para guardarlo sin sacrificar sus propiedades.
El tamarindo es uno de esos ingredientes que se mantiene en bajo perfil en la cocinas a nivel mundial. En México, prácticamente lo adoptamos como nuestro en dulces y bebidas. Comprar el tamarindo fresco no es nada complicado; sin embargo, el cuidado en casa para evitar que se arruine es crucial. A continuación, te contamos a detalle sobre las mejores técnicas y sus tiempos para mantener a este fruto en su mejor versión.
Por: Desiree Perea
Antes de conocer sobre las técnicas de almacenamiento, es importante reconocer las presentaciones del tamarindo fresco. En los mercados, es común encontrarse con este fruto en 3 versiones:
Todas las opciones son buenas para llevar a casa, sin embargo, cada presentación presenta diferencias puntuales. El tipo de tamarindo que compres, determina cuál es la mejor forma de guardarlo; mientras menos manipulación tenga el fruto, mayor será su vida útil. Durante esta temporada, el tamarindo fresco se convierte en un ingrediente popular; usualmente se vende a granel, es una gran ventaja para ahorrar dinero.
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Conservar el tamarindo fresco en casa no es tan simple como dejarlo en el refrigerador o al aire libre. La pulpa concentra una buena parte de humedad; si se libera por completo, el fruto pierde sabor, pero si se desarrolla en exceso, se puede formar moho. Es importante analizar todos los escenarios para alargar el tiempo de vida de este fruto.
La diferencia es abismal cuando se decide entre uno u otro método de almacenamiento. A temperatura ambiente, el tamarindo fresco tiene el siguiente tiempo de vida:
Es importante mencionar que la mejor protección para este fruto son las bolsas de papel, jamás de plástico. La última opción atrapa humedad en el interior y acelera la formación de hongos; mientras tanto, el papel permite que el aire circule sin problema.
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Ahora, si quieres que el tamarindo fresco dure un par de semanas más, lo mejor es recurrir al refrigerador. Aquí debe elegirse en el lugar más alejado de la humedad, es decir, en el cajón de las verduras. En este espacio, el control de humedad es mucho más eficiente. Con este método, el tamarindo con cáscara se mantiene en buenas condiciones de 4 a 6 semanas y sin cáscara hasta 14 días.
Por último, si te sobró una gran cantidad de tamarindo fresco que no hay forma de aprovechar en un periodo menor a 1 mes, entonces sí o sí debe congelarse. Para ello, es necesario retirar la cáscara, las venas y las semillas de la pulpa; así, la parte comestible estará lista en cuanto la necesites. Gracias a la baja temperatura, el fruto mantiene su textura, así como su sabor, intactos por hasta 12 meses.
El tamarindo fresco es una de esas joyas de la naturaleza que en México, encontró un segundo hogar. Tenerlo en casa puede ser de gran ayuda; se puede transformar fácilmente en una refrescante agua de sabor, añadir acidez al ponche navideño y por qué no, hasta funcionar como snack dulce durante el día. Esta versatilidad lo ha llevado a convertirse en un ingrediente sumamente importante, así que es nuestra responsabilidad cuidarlo en casa para que no se eche a perder.
