Conoce a detalle el frijol x’pelón, un tesoro comestible yucateco. Aprende sobre su historia, propiedades y cómo se mantiene vigente en la cocina del sur.
El frijol x’pelón es más que un simple ingrediente en la cocina local. Se ha convertido en un legado cultural y gastronómico del sureste de México. Este frijol ha jugado un papel crucial en la alimentación de comunidades mayas desde tiempos prehispánicos. Su nombre, que proviene de la lengua maya, refleja su estrecha relación con la historia e importancia como recurso alimenticio. En esta nota te contamos sobre la importante presencia que mantiene el frijol x’pelón en la dieta de los mexicanos.
Por: Desiree Perea
El frijol x’pelón tiene sus raíces en la península de Yucatán, donde las culturas prehispánicas lo consideraban un alimento esencial. Al igual que el maíz, este tipo de frijol se ha mantenido como parte integral de la dieta de las comunidades mayas. Ha estado presente en la elaboración de platillos como los tamales y los guisos; gracias a su versatilidad y valor nutritivo, se mantiene como ingrediente fundamental en la cocina del sur de México.
El frijol x’pelón es cultiva principalmente en la península de Yucatán, donde las condiciones climáticas favorecen su crecimiento. Es resistente a la sequía, lo que lo convierte en una opción sostenible para las comunidades agrícolas locales. La temporada de este producto comienza a finales de año y se mantiene hasta febrero.
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Por otro lado, el frijol x’pelón se distingue por su pequeño tamaño, su forma ovalada y su color oscuro. Su textura, una vez cocido, es suave pero firme, lo que lo convierte en un ingrediente ideal para diversas preparaciones. Además, se destaca por su sabor ligeramente terroso y su capacidad para absorber otros sabores. Este alimento completo y saludable concentra entre sus nutrientes más importantes los siguiente:
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Asimismo, eel consumo regular de frijol x’pelón aporta múltiples beneficios para la salud. Por ejemplo ayuda a reducir los niveles de colesterol en la sangre, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardíacas. También es bajo en grasas saturadas, así como en cuanto al índice glucémico; esto lo convierte en una excelente opción para personas con diabetes.
El frijol x’pelón se mantiene como protagonista en un sinfín de recetas tradicionales de la Península de Yucatán. Además, ha encontrado lugar en otras cocinas; donde es valorado por su sabor y textura únicos. Dentro de la cocina yucateca, se aprovecha como protagonista en los tamales conocidos como pibes. Cuando se cocinan al vapor, el caldo se aprovecha para dar sabor a guisados o bien, para hidratar la carne.
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Requieren de una cocción larga para lograr una textura suave, y de igual forma se deben dejar en remojo entre 8 y 10 horas para ayudar a ablandarlos. Para sazonarlos en epazote y el laurel son opciones populares, aunque siempre es posible modificar las especias según gustos personales.
Así, el frijol x’pelón se mantiene como un verdadero tesoro de la gastronomía mexicana. Merece ser reconocido y valorado por su historia, sus beneficios nutricionales y su versatilidad en la cocina. Ya sea en platos tradicionales o en recetas contemporáneas, este frijol continúa siendo un ingrediente esencial que conecta el pasado con el presente culinario de México.