Preparar churros es un proceso meticuloso que no debe tomarse a la ligera. Por el tipo de masa y el método de cocción, la atención al detalle es clave.
Un postre que a simple vista, presume una presentación impecable que parece fácil de lograr. Pero, preparar churros es un proceso metódico que depende no solo de seguir una receta, sino de una ejecución perfecta. Al ser un postre frito, el aceite caliente debe tratarse con especial cuidado; por nada del mundo debe encontrarse con agua o aire. En esta nota, te contamos sobre la importancia de la duya metálica popularmente conocida como churrera. Su presencia en el proceso va mucho más allá de una presentación impecable.
Por: Desiree Perea
Nada se compara con disfrutar de una orden de churros recién hechos; espolvoreados con azúcar y canela o acompañados de un buen chocolate español. A simple vista, preparar churros parece una misión sencilla y libre de peligro, pero es todo lo contrario. La masa para elaborarlos se clasifica como masa escaldada. ¿Qué quiere decir esto? A grandes rasgos, significa que la harina se cocina con líquido hirviendo antes de freír.
Esto permite obtener una masa densa y pegajosa con humedad interna. Es bien conocido que el agua y el aceite son dos elementos que no se llevan, y al preparar churros queda más que claro. Si esta masa se introduce en aceite caliente sin espacio para librar esta humedad internar, prácticamente estamos frente a una bomba de tiempo.
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De una forma u otra, el vapor al interior busca formas de liberarse provocando una explosión altamente peligrosa. Es aquí donde la función de la duya con boquilla de estrella es fundamental. En primer lugar, es importante destacar que esta forma no solo cumple con una función de presentación; al forzar la masa a través de la boquilla estrellada, se crean estrías de escape. Esto multiplica la superficie de contacto con el aceite caliente.
El carácter crujiente de los churros no solo depende de una fritura ejecutada a la perfección, también es gracias a esta herramienta. Cada pieza se mantiene como una corteza crujiente, mientras que el interior es ligero y aireado. Es importante mencionar que se requiere una duya especial; debe ser metálica y usualmente se presenta con una estructura completa que permite eliminar las burbujas de aire en la masa por completo.
En la cocina, muchas recetas se mantienen vigentes por su atractivo sin importar el paso de los años. En el caso de los churros, este postre ya es reconocido a nivel mundial por su versatilidad y facilidad de consumo. No se requieren cubiertos y muchas veces, se disfrutan sin necesidad de detenerse.
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Sin embargo, nos queda claro que prepararlos no es tarea fácil. Partir de una buena masa es crucial, pero no lo es todo; aquí la fritura profunda también mantiene gran peso dentro de la receta. Pero una vez que están listos y llega el momento de degustarlos, cada paso vale por completo la pena.
Preparar churros no es una actividad a la que debas tenerle miedo, siempre y cuando se ejecute tomando en cuenta todas las medidas. Desde eliminar el aire interno en la masa, hasta mantener la temperatura del aceite en el nivel correcto, cada elemento es clave. La duya de uso rudo conocida como churrera es una herramienta que por nada del mundo se puede pasar por alto.