Reconocerlas no es fácil, pero esto no impide que las bayas formen parte de tu alimentación. Conoce a detalle esta categoría y sus imponentes propiedades.
En el universo de ingredientes naturales, existen opciones que hoy son de reconocimiento mundial. Hablar de fruta fresca es una verdadera fascinación; dentro de la múltiple oferta, las bayas han llamado la atención en los últimos años. Algunas de las especies más populares, se presentan en piezas pequeñas, pero con eso es más que suficiente. En esta nota, te contamos sobre la complicada definición de las bayas, así como las propiedades y versatilidad que han construido su reputación.
Por: Desiree Perea
De manera histórica y cultural, hemos vivido en una especie de engaño con relación a las bayas. Tenemos que partir estrictamente de su definición botánica: se le conoce así a un tipo de fruta carnosa que se nace a partir del único ovario de una flor. Dentro de esta categoría, es correcto reconocer como bayas originales a los arándanos, la grosella, las uvas, al plátano e incluso, al jitomate.
¿Entonces las fresas, frambuesas y zarzamoras no son bayas? No, no lo son, pero para facilitar su identificación, ya son nombradas como tal. Podríamos decir que son especies agregadas, ya que su crecimiento es diferente. Este es uno de los alimentos naturales que ha formado parte de la dieta humana desde la prehistoria. Al crecer de manera silvestre, se encontraban fácilmente en caminos boscosos.
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También es importante destacar que las bayas son una categoría realmente amplia; actualmente se tiene registro de la existencia de más de 400 tipos, algunos ejemplares no son comestibles. Pero aquellos que si, son considerados superalimentos que muchas veces pasan desapercibidos por el tamaño de cada pieza.
Actualmente, las bayas se incluyen en un sinfín de dietas alrededor del mundo. Una de las principales razones es su alto contenido de antioxidantes y antocianinas; cada compuesto ayuda a cuidar del organismos desde adentro, previenen en envejecimiento y tienen propiedades antiinflamatorias.
También concentran vitaminas y minerales importantes para el funcionamiento óptimo del organismo. Y a nivel del sistema digestivo, las bayas contienen fibra que permiten mejorar la regularidad intestinal. Funcionan como snack para mantener al cuerpo satisfecho entre comidas.
Gracias a la versatilidad de especies que se encuentran dentro de esta categoría, no es difícil incluir las bayas en la alimentación actual. De hecho, es altamente recomendable consumir una porción de forma recurrente; la forma en que se empleen depende por completo de cada persona. Aunque cada especie tiene su sabor y aroma característico, comparten notas dulces y ligeramente ácidas; por lo que pueden formar parte tanto de recetas dulces como saladas.
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Una forma sencilla es preparar licuados o batidos para iniciar el día. Usualmente se preparan a base de leche o bebidas vegetales; y se complementan con avena, linaza o proteína en polvo. Dentro de la repostería, las bayas son un ingrediente favorito por su versatilidad y color llamativo. Se pueden utilizar las piezas completas como decoración en postres frescos o bien, se elaboran jaleas o compotas para rellenar pasteles.
No está de más mencionar que las bayas son frutos realmente sensibles. Es crucial almacenarlos correctamente para alargar su periodo de vida al máximo; una técnica popular es que una vez limpios, se congelan y se pueden utilizar hasta 3 meses después.