Incluye inteligentemente tanto el atún fresco como el enlatado dentro de tu recetario personal. Ambos productos tienen mucho que ofrecer.
Existen ingredientes a nuestra disposición que se han convertido en auténticos salvavidas cuando se acaban las ideas para el menú en casa. El consumo de proteína es importante para el organismo, y dentro de esta categoría dos opciones se mantienen como favoritas: atún fresco y enlatado. Aunque son la misma especie, el cambio de presentación los convierte en alimentos completamente diferentes. A continuación, te contamos sobre cómo puedes sacarle el máximo provecho a estos tesoros del mar.
Por: Desiree Perea
La cocina de mar no sería lo mismo sin este gran tesoro comestible. Desde hace mucho tiempo, el atún fresco se ha mantenido dentro de las opciones favoritas para cocinar en casa. Cocinarlo es sencillo y presume una gran versatilidad que le hace ganar puntos. A simple vista, es un producto que llama la atención; su color rojizo se debe aprovechar al máximo.
Un buen ceviche es probablemente la receta más popular para aprovechar el atún fresco, pero no es la única. Se puede sellar ligeramente para crear una costra crujiente y acompañarlo con una ensalada da fresca.
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El atún fresco causa incertidumbre al tratarse de carne cruda, sin embargo, debes olvidarte de esta idea por completo. Este producto es completamente seguro para el consumo humano, únicamente es importante revisar el estado de la pieza; para alargar su tiempo de vida, lo mejor es congelarlo.
A simple vista, este producto no es muy atractivo, pero vale la pena reconocer su potencial dentro de la cocina casera. El atún enlatado, al igual que el atún fresco, está listo para consumirse. No requiere de ningún tipo de cocción extra, por lo que puedes añadirlo directamente a un sinfín de platillos.
Durante la temporada de calor, las ensaladas se convierten en grande aliados, y el atún es un ingrediente que puede protagonizar distintas versiones. Por ejemplo, puedes mezclar con verduras cocidas, un poco de mayonesa y crema, como una especie de ensalada rusa. En el supermercado, es posible encontrar con dos opciones: atún conservado en agua o en aceite.
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Ambos son buenos, sin embargo, vale la pena diferenciarlos para aprovechar al máximo sus bondades. Lo ideal es escurrir la carne para lograr una textura agradable al paladar. Este alimento se puede aprovechar también para preparar tortitas o croquetas.
Enfrentar al atún fresco con el enlatado es una batalla que simplemente no tiene sentido. Ambos productos pueden ganarse un lugar dentro de la despensa en casa, así que no tienes por qué complicarte la vida. Si eres amante de la cocina de mar, el atún es una especie que suma cada vez más seguidores. Su versatilidad y facilidad de preparación respaldan su popularidad a nivel mundial.