No te compliques! Comprar atún enlatado no tiene por qué representar una decisión difícil. Conoce las diferencias para que puedas llevar la mejor opción.
Dentro de la despensa, el atún enlatado figura como un producto básico con múltiples usos. Está listo para comer, por lo que es posible preparar una comida rápida sin complicaciones. Al hacer las compras, es común encontrarse con dos presentaciones: atún en agua o en aceite. Elegir entre uno u otro está completamente relacionado con los beneficios y efectos que tiene este alimento. A continuación, te compartimos sobre las características, así como propiedades que presumen ambas versiones del atún enlatado. Así, podrás llevar a casa el mejor producto.
Por: Desiree Perea
No, elegir esta versión no tiene nada de malo, siempre y cuando no se esté bajo un régimen alimenticio enfocado al consumo de grasas. El propósito del agua o el aceite en el atún enlatado es para conservar por un largo periodo de tiempo el producto. Generalmente, el atún se cocina al vapor o en agua antes de ser enlatado.
A diferencia del atún en agua, el aceite permite que el sabor del pescado mejore ligeramente. Además, presenta una textura mucho más suave y jugosa. Actualmente, existen opciones dentro del mercado que recurren al aceite de oliva u otras opciones vegetales que potencializan los beneficios del atún.
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El aporte calórico es también un factor que puede ayudar a hacer más fácil la elección. Una porción de 100 gramos de atún en agua no contiene más de 1 gramo de grasa; por lo que es ideal para aquellas personas que buscan proteínas animales bajas en dicho elemento. Sin embargo, el atún en aceite puede convertirse en un gran aliado para deportistas o personas que llevan un ritmo de vida muy activo.
Por sí solo, el atún enlatado presume grandes propiedades que pueden sumar a una buena alimentación en casa. Este tipo de pescado es una fuente importante de ácidos grasos omega-3. Es fundamental para la salud cardiovascular, ayuda a reducir el colesterol malo y tiene efecto positivo para aquellas personas que sufren de hipertensión.
También es importante destacar que es un producto con un largo periodo de vida. Mientras la lata se mantenga completamente cerrada, puede consumirse hasta 2 años después. Gracias a su versatilidad, el atún enlatado puede preparase con aderezos, en ensaladas frescas, sándwiches y hasta como un aperitivo acompañado de galletas.
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Finalmente, para fines prácticos, lo común es escurrir el atún antes de agregarlo a la receta. De esta forma, se puede mantener una mejor textura. De hecho, para versión con aceite, esto puede ayudar a reducir considerablemente el porcentaje de grasa en el plato final.
El atún enlatado es un producto que puede encontrar un lugar seguro dentro de tu despensa. Realmente no existe una respuesta formal, pues ambos productos son buenos. Sin embargo, es importante considerar los objetivos alimenticios, así como la receta que se piensa preparar.