Este destino europeo parece salido de las páginas de una novela clásica. La Dordoña es uno de esos lugares donde todo mantiene una sensación de permanencia.
En el corazón de la región de La Dordoña, el tiempo parece haberse detenido entre colinas verdes y ríos serpenteantes. Aquí, emerge un rincón que resguarda los vestigios más antiguos de la creatividad humana. Les Eyzies-de-Tayac es conocida a nivel mundial como la “capital de la prehistoria”. Es una puerta de entrada a un mundo donde las piedras hablan de un pasado remoto. Esta parte de Francia se mantiene como un destino de bajo perfil, pero sin duda merece mayor reconocimiento. A continuación, te contamos sobre la magia que resguarda este lugar, donde el tiempo parece no tener efecto alguno.
Por: Deby Beard
En el refugio de Font de Gaume, las pinturas rupestres sobreviven como un testimonio de la conexión profunda entre el hombre y su entorno hace miles de años. Cada trazo, cada figura pintada en las sombras de la cueva, invita a imaginar la vida de aquellos primeros artistas, cuyo legado sigue vibrando en estas paredes cargadas de historia y misterio.
A unos cuantos minutos de la cueva, en el encantador pueblo Eyzies, es posible disfrutar de una excelente comida en el restaurante Bistro Chez Chloé. Ubicado en el mismo Valle del Dordoña, se encuentra bajo la dirección del chef Mathieu Métifet. Reconocido como “Maître Cuisinier de France”, su restaurante ofrece una experiencia culinaria que rinde homenaje a los productos autóctonos del Périgord. Al mismo tiempo, incorpora toques marinos en sus platos, pues la cercanía a la costa es algo que no se puede desaprovechar.
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En esta bellísima región en el corazón del pintoresco pueblo de Trémolat, está rodeada por la serenidad de la región de La Dordoña. Aquí se encuentra Le Vieux Logis, un hotel boutique que resguarda por completo el alma del suroeste francés. Forma parte de la prestigiosa colección Relais & Châteaux, donde la historia, elegancia y una cálida hospitalidad se fusionan para hacer sentir como en casa.
El edificio principal utiliza una antigua casa con techos de teja y paredes cubiertas de hiedra como su hogar. Es un testimonio de la rica herencia arquitectónica que aun preserva la región. Cada rincón respira autenticidad: desde las habitaciones decoradas con muebles de época, hasta la vista a los jardines perfectamente cuidados.
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El restaurante del hotel presume una estrella Michelin, y es parte de las muchas joyas que ofrece. Bajo la dirección creativa del chef Vincent Arnould, la cocina tradicional del Périgord se reinventa con un toque contemporáneo. Cada platillo es una celebración donde los ingredientes locales son protagonistas. Desde el foiegras artesanal hasta las trufas de la región, cada bocado es un viaje a los sabores más auténticos de La Dordoña.
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Con colinas ondulantes, ríos cristalinos y pueblos de piedra dorada, La Dordoña es una región que parece salida de un cuento. Aquí, el tiempo se siente más lento, las tradiciones perduran y cada rincón guarda una historia. Desde los tesoros prehistóricos de Les Eyzies hasta las majestuosas fortalezas que dominan el horizonte, La Dordoña es sin duda un museo vivo que ha sido testigo de miles de años de humanidad.