Para los que no son expertos, es una de las cosas que más les cuesta. Pero ahora te damos unos consejos para que leer, y entender, la etiqueta de un vino sea para ti más fácil.
Pongámonos en situación: ese momento en el que entramos en una tienda de vinos y queremos llevar algo bueno a una cena importante. Pero no somos expertos, así que, nos paramos de frente a los estantes, miramos y miramos una y otra vez las botellas y tratando de entender algo, ponemos atención en las etiquetas.
Si hay una parte importantísima en una botella de vino, ésa es la etiqueta. ¿Por qué? Porque ella contiene información básica para que ese caldo que está en su interior sea degustado de la mejor manera.
¿En qué debemos fijarnos cuando elegimos un vino?
Muy fácil. Lo primero la marca, claro. Muchos elegimos una botella por la marca, por el reconocimiento que ésta tenga, por lo conocida que sea, porque es más fácil no quedar mal con un nombre conocido que arriesgar a probar algo nuevo. Pero, además de la marca, hay otros datos que pueden ayudarte no sólo a entender, también a elegir.
En las etiquetas de los vinos de manera habitual también aparece el tipo de uva. Este dato seguro que te ayudará mucho, porque todos tenemos una variedad favorita, que además, es la que le aporta sabores y aromas a cada vino. Saber qué uvas son las más clásicas o las que más les gustan a nuestros comensales, hará que tu elección sea mucho más fácil.
Conoce más: 11 cosas que debes saber antes de tomar vinos blancos
En las etiquetas también aparece el lugar de procedencia, es decir, dónde está la bodega que lo elabora. Como ocurre con las variedades de uva, también hay Denominaciones de Origen favoritas o terruños. Conocerlas es conocer el gusto de los comensales que se sentarán en nuestra mesa. Pueden ser nacionales o internacionales, tierras más clásicas y tradicionales o del Nuevo Mundo, pero ese dato también te ayudará a decidir.
Conoce más: Vinos blancos para cambiar de opinión
Hay un dato en las etiquetas que puede serte muy útil y en el cual seguramente no has reparado anteriormente: los sabores de ese vino. Puede ser que diga que es afrutado, o seco, o especiado, o quizá más dulce, o con mucho cuerpo… Prestando atención a ello, podrás conseguir un maridaje casi perfecto, y sentirte sommelier en tu propia casa.