Las dos automotrices alemanas exportan vinos y alimentos argentinos para poder vender autos
Tener una balanza comercial favorable es un requisito indispensable para el crecimiento de cualquier país; sin embargo, en el afán de conseguirlo se pueden implementar medidas un tanto exageradas que provoquen que dos de las más grandes empresas automotrices del mundo tengan que exportar vino y arroz con tal de obtener el permiso de importación de sus autos.
Ese es el caso de Porsche y BMW que han tendido que comenzar a exportar productos argentinos para cumplir con la política del gobierno de Cristina Fernandez de “exportar para importar”.
A principios de este año los fabricantes se encontraron con una nueva disposición gubernamental que tiene el objeto de reducir las importaciones, evitar la salida de divisas e impulsar el crecimiento de las industrias locales a través de una serie de medidas que fomentan el trueque de exportaciones, es decir, que cualquiera que quiera meter al mercado argentino un producto, debe exportar uno de fabricación local a cualquier parte del mundo.
Debido a esta política Porsche se vio en la necesidad de exportar vino, aceite de oliva y aceitunas con un valor aproximado de 8 millones de dólares, para poder llevar 100 autos a sus concesionarias en Argentina, así como BMW ha tenido que comenzar a exportar arroz y otros productos para poder satisfacer la demanda de autos del país sudamericano.
La medida, que para muchos es creativa y para otros simplemente absurda, ha obligado a otros fabricantes de autos como Nissan, Hyundai, Nissan, Mitsubishi, Mercedez, Peugeot, Citroen y Kia, así como a otras compañías como Adidas, Walmart y Carrefour a firmar con el gobierno acuerdos similares para poder seguir operando en territorio argentino.
Los resultados de estas políticas de verán un poco más adelante, sin embargo, para muchos se corre el riesgo de obtener el efecto contrario al que se persigue y perder la posibilidad de exportar productos argentinos, ya que muchos de los socios comerciales del país en la Unión Europea y otras naciones como Brasil, han protestado y comienzan a amenazar con aplicarle a los argentinos medidas similares en sus países.