En tiempos donde la información abunda pero la salud escasea, nunca ha sido tan necesario volver a lo esencial. Nuestra vida está llena de pequeñas decisiones que, si las tomamos con conciencia, pueden convertirse en grandes aliados del bienestar. Esta entrega busca invitar a repensar el día a día y hacer pequeños cambios que, con el tiempo, pueden mejorar la salud y la vida entera.
1. Somos lo que comemos
Vale la pena reconsiderar no solo lo que se come, sino cómo se preparan los alimentos, cómo se comen y cómo se disfrutan. Una alimentación sana no es una dieta estricta, sino un estilo de vida consciente, balanceado y placentero. Es recomendable tomarse el espacio para comer, poner música favorita, servirse en un plato agradable, no usar el celular y dedicar este tiempo a la alimentación de manera consciente.
Lo que se debería comer más:
- Frutas y verduras:
- Ajo, cebolla, poro y echalote.
- Moras, jitomates, cítricos, ciruelas, duraznos, zanahorias, betabel, camote, nopal, jícama.
- Brásicas: brócoli, col de Bruselas, coliflor, col rizada, repollo.
- Hojas verdes oscuras.
- Hongos y jengibre.
- Granos enteros:
- Quinoa.
- Arroz integral, rojo o salvaje.
- Avena.
- Amaranto, espelta, farro, cebada.
- Tortillas de maíz nixtamalizado.
- Leguminosas:
- Frijoles, lentejas, garbanzos, soya (edamame).
- Grasas buenas:
- Pescados ricos en omega-3.
- Aceite de oliva, coco o aguacate para cocinar.
- Semillas de hemp, chía, linaza (molida), girasol, calabaza y ajonjolí.
- Nueces, almendras, avellanas, pistachos, nuez pecana y sus mantequillas.
- Aceitunas y frutos secos naturales.
- Cacao natural y chocolate amargo (>70%), té verde (sencha, gyokuro, matcha).
- Cúrcuma: reina de los antiinflamatorios naturales.
Lo que conviene moderar:
- Carnes rojas y lácteos: preferentemente orgánicos, de libre pastoreo, bajos en grasa y sin hormonas (quesos como parmesano, manchego o de cabra).
- Proteínas animales: pavo, pollo, huevos y yogur orgánicos.
Lo que conviene evitar o reducir drásticamente:
- Azúcar refinada y endulzantes artificiales: si bien la glucosa es esencial para el funcionamiento de las células, en niveles desbalanceados afecta cuerpo, mente y emociones.
- Evitar: azúcar blanca o morena, jarabe de maíz, sucralosa, aspartame, sacarina.
- Mejores opciones: dátiles, plátano maduro, miel de abejas artesanal, miel de maple pura, stevia natural, fruta del monje.
- Alcohol y grasas trans: presentes en alimentos procesados como margarinas, botanas industrializadas, bollería y carnes procesadas.
- Carnes procesadas: tocino, salchichas, jamones y embutidos contienen nitratos, conservadores y grasas saturadas.
2. Menos tóxicos, más salud
La exposición diaria a toxinas invisibles tiene un impacto real sobre la salud. Es recomendable hacer estos pequeños ajustes:
- Evitar pesticidas e insecticidas, elegir alimentos orgánicos siempre que sea posible.
- Usar productos de limpieza naturales, como vinagre blanco, bicarbonato y aceites esenciales.
- Cuidar la piel, evitando el aluminio en desodorantes y pastas dentales.
- Elegir cosméticos sin parabenos ni ftalatos.
- No calentar comida en plástico. Usar vidrio o cerámica, especialmente en microondas.
3. El cuerpo necesita movimiento, el alma necesita paz
El cuerpo está diseñado para moverse, y la mente necesita momentos de calma. La salud integral requiere atender ambos aspectos.
- Moverse al menos 20 a 30 minutos al día. Caminar, subir escaleras, bailar o practicar yoga son excelentes opciones para mantenerse activo.
- Tomar el sol 20 minutos al día. La vitamina D es vital para el sistema inmune, el estado de ánimo y la salud ósea.
- Practicar técnicas de relajación. La meditación, respiración consciente, chi kung, yoga o tai chi pueden ayudar a mantener la calma en el día a día.
- Conectarse con la naturaleza. Salir al parque, caminar descalzo o estar en contacto con árboles y agua revitaliza el sistema nervioso.
4. Cuidar la salud emocional también es vital
La salud emocional es muchas veces la raíz de muchas enfermedades físicas. No debe ignorarse.
- Aceptar todas las emociones, incluso el miedo, la tristeza o el enojo. Son parte de la experiencia humana.
- Trabajar en sanar traumas del pasado. La terapia o el acompañamiento emocional son grandes aliados.
- Escucharse con amor y sin juicio. Cuidarse no es egoísmo, es responsabilidad con uno mismo y con quienes le rodean.
Crear una vida más sana no requiere perfección, solo consciencia. Al final, no se trata de restricciones, sino de elecciones: más conexión con el cuerpo, más presencia al comer, más contacto con lo natural. Es momento de empoderarse, de tomar decisiones pequeñas que acerquen a una vida más plena, más vital y más propia.
La salud está en las manos de cada uno. Y ese es un lugar poderoso para comenzar.
Pia Quintana (@piaquintana)
Chef mexicana con más de 20 años de experiencia, reconocida por su cocina basada en el equilibrio entre sabor y bienestar. Es autora de dos libros de cocina, México Sano y El Arte de lo Sencillo. Actualmente, lidera Índigo by Pia, un servicio de catering a la medida que fusiona la gastronomía global con los sabores de la gastronomía mexicana. “Me gusta conocer al cliente y ver si es posible hacer algo
especial para ellos, algo que les recuerde un momento único, que los traslade a algún lugar, con un sabor inigualable”.