La Navidad en Japón es celebrada comiendo pollo frito, una tradición muy diferente a la que se vive en muchos países occidentales. No es un país cristiano y la Navidad no es una festividad religiosa para la mayoría de la población, pero se nota la influencia de Occidente. Esa influencia ha transformado esta fecha en una ocasión para el disfrute y la celebración y este platillo es uno de los aspectos más curiosos. Exploraremos el origen y evolución de esta costumbre y su impacto en la sociedad japonesa.
Influencia occidental
Para entender la tradición del pollo frito en Navidad, primero es importante tener claro cómo Japón adoptó la Navidad. La festividad no tiene un origen religioso en el país, ya que Japón es mayoritariamente sintoísta y budista. Sin embargo, desde principios del siglo XX, la Navidad fue una festividad comercial y social, influenciada principalmente por los países occidentales, especialmente Estados Unidos.
Aunque la Navidad no es un día festivo oficial en Japón, se comienza a celebrar en noviembre con decoraciones, luces y adornos navideños. La Navidad japonesa es más una oportunidad para que las parejas salgan a cenar, que para celebrar en familia. Los restaurantes ofrecen menús especiales como el pollo frito y se organizan eventos en ciudades y pueblos. Comer ese platillo en Navidad cobra relevancia como una costumbre gastronómica única que, con el tiempo, adoptaron millones de japoneses.
Te puede interesar: Tips para preparar pollo frito en casa y que quede crujiente
Influencia de la mercadotecnia
El origen de esa costumbre está fuertemente vinculado con el marketing y las estrategias comerciales de una reconocida cadena internacional de restaurantes. En 1974, lanzaron una campaña de marketing denominada “Kurisumasu ni wa Kentakki” que se traduce como “Kentucky para Navidad”. Animaba a los japoneses a celebrar la Navidad comiendo ese platillo y fue un éxito rotundo consolidándose como una tradición anual. De hecho, hoy en día, mucha gente en Japón asocia la Navidad directamente con el pollo frito de esa marca.
La campaña fue diseñada para aprovechar el hecho de que, en Japón, la Navidad no es una celebración familiar tradicional, sino más bien una fiesta de pareja o un evento social. Así, la marca posicionó su pollo frito como una comida especial y festiva, fácil de compartir y comer sin necesidad de grandes preparativos en casa. Para los japoneses, especialmente en las grandes ciudades, la Navidad puede ser una época ocupada, siendo esta una solución conveniente para una comida rápida pero especial.
Te puede interesar desde Dónde Ir: Donde comer el mejor pollo frito de la CDMX
Comer pollo frito en familia
Esa tradición ha trascendido las fronteras del marketing y actualmente el platillo se ha integrado de manera simbólica en la celebración navideña en Japón. Aunque muchas familias disfrutan de las ofertas especiales de dicha marca, hay otros lugares que lo venden, y algunos incluso lo preparan en casa. Una de las razones para mantener la tradición es la idea de que se trata de un evento especial en familia, diferente a las comidas diarias.
El fenómeno del pollo frito en Navidad no se limita a la comida, el acto de ir a comprarlo también se ha convertido en una experiencia social. Las personas hacen pedidos con semanas de anticipación para asegurarse de que tendrán su comida en la fecha señalada, lo que genera una especie de ritual. Las largas filas que se forman en los restaurantes en las semanas previas a la Navidad son una manifestación visible de la popularidad de esta tradición.
Te puede interesar desde Cocina Vital: Cómo hacer pollo frito estilo KFC ¡Te va a quedar jugoso y crujiente!
El pollo frito, aunque originalmente americano, fue rápidamente adoptado por los japoneses y adaptado a su estilo de vida. Los sabores no son exactamente los mismos que en otros lugares del mundo, lo que demuestra cómo las marcas ajustan sus productos a los gustos locales. Esto destaca la influencia de las marcas en la cultura japonesa moderna y cómo una costumbre culinaria se convierte en una tradición profundamente arraigada en la sociedad.