4 formas de conservar ajos y dejarlos listos para usar en tus platillos

El ajo es uno de los ingredientes más esenciales en la cocina mundial. Su sabor, que va desde un picante sutil hasta una profundidad dominante, enriquece innumerables recetas. Sin embargo, tener ajos frescos listos para usar puede ser un reto, especialmente cuando se trata de mantener su frescura y sabor a lo largo del tiempo. Afortunadamente, existen métodos para conservar ajos de manera fácil. Aquí te compartimos algunas maneras prácticas de conservar este ingrediente en casa.

Por: Desiree Perea

Te podría interesar: ¿Qué es el echalote? El ingrediente asiático que parece cebolla y ajo

Razones por las que vale la pena conservar ajos

Conservar ajos de manera adecuada es crucial por varias razones. En primer lugar, los ajos mal almacenados pierden rápidamente su sabor y propiedades medicinales. En segundo lugar, un mal almacenamiento puede promover la aparición de moho o brotes, esto reduce la calidad y la durabilidad del producto. También es importante destacar que conservarlo de manera óptima te permite ahorrar tiempo en la cocina, ya que puedes disponer de ajos frescos o preparados en todo momento.

Conservar ajos ayuda a mantener la intensidad de sabor por más tiempo. — Ajos completos con cáscara. Foto de Pexels.

Te podría interesar: Conoce el ajo negro y sus características

El ajo necesita un ambiente seco para mantenerse fresco. La humedad puede causar moho o brotes que terminar por contaminarlo por completo. El ajo contiene compuestos importantes responsables de su sabor distintivo y de gran parte de sus propiedades medicinales. Cuando no se almacena correctamente, estos compuestos se degradan, disminuyendo los beneficios.

Conservar ajos te permite disfrutar de su sabor y aroma en tus platos favoritos sin preocuparte por la pérdida de frescura. Estas técnicas no solo te ahorrarán tiempo en la cocina, sino que también añadirán capas de sabor a tus preparaciones. Mantén un suministro constante de ajos listos para usar y transforma tus recetas con estos deliciosos métodos de conservación.

1. Mantequilla

Elegir este método de conserva de ajos da lugar a una preparación mucho más profunda y llena de sabor. La mantequilla es un elemento graso que tiene lugar en un sinfín de recetas. Ya sea para darle sabor a pan o para cocinar cortes de carne; añadir ajo a la mantequilla lo convertirá en tu nuevo ingrediente favorito. Asegúrate de elegir una mantequilla fresca con una fecha de caducidad larga. Puedes elegir en asar o cocinar ligeramente los ajos, déjalos enfriar y posteriormente agrégalos a la mantequilla. Asimismo, no tengas miedo en añadir especias como romero, pimienta o epazote; todo de acuerdo a tus gustos.

2. Aceite

Conservar ajos en aceite es uno de los métodos más antiguos y sencillos para garantizar que siempre tengas ajo listo para cocinar. Al sumergir el ajo en aceite, no solo lo mantienes fresco, sino que también creas un aceite infusionado con el rico sabor del ajo. El aceite de ajo también se puede usar para sazonar ensaladas, pastas o cualquier platillo que necesite un toque de sabor extra. Recuerda siempre almacenar esta preparación en el refrigerador para evitar el desarrollo de bacterias.

3. Asados

El ajo asado es una delicia culinaria; su sabor se suaviza, adquiriendo un tono dulce y caramelizado. Al someter los ajos a este proceso, lo que lo convierte en una excelente adición a muchas recetas. Si eres amante de añadir un toque dulce a recetas saladas, es la mejor elección. Además, esta forma de conservar ajos reduce en gran medida las notas picantes e intensas originales de este ingrediente. Los ajos asados pueden durar hasta dos semanas en el refrigerador. Su textura cremosa los hace perfectos para untar en pan, mezclar con purés o añadir a salsas.

4. Encurtidos

Finalmente, si te gusta el sabor agrio y especiado de los encurtidos, esta receta de ajos encurtidos te encantará. El encurtido es una excelente opción para conservar el ajo por más tiempo mientras le añades un toque de acidez y dulzura. Los ajos encurtidos pueden durar en el refrigerador hasta seis meses y son perfectos para añadir a ensaladas, guisos o salsas. A esta preparación puedes añadir chiles frescos y vegetales como zanahoria, coliflor y papa. La mezcla que carga con todo el sabor se compone de: vinagre, agua, azúcar, sal, hoja de laurel y pimienta.