La pisada de la uva es una de las tradiciones más antiguas y emblemáticas en la elaboración del vino, una práctica que se remonta a miles de años y que aún hoy en día conserva su esencia artesanal en muchas regiones vitivinícolas del mundo.
Por: Isis Malherbe
Este proceso, también conocido como la vendimia tradicional, no sólo marca el inicio de la transformación de la uva en vino, sino que también representa un momento de celebración y comunidad. La pisada de la uva, con sus ritmos y aromas, conecta al ser humano con la tierra y con la historia, manteniendo viva una costumbre que rinde homenaje a la naturaleza y a la dedicación de quienes cultivan la vid.
La tradición milenaria de la pisada de uvas
Históricamente, la pisada de uvas ha sido una técnica esencial utilizada desde hace años para extraer el líquido de los frutos de las vides. A lo largo de los siglos, esta práctica ha sido testigo de la evolución de las civilizaciones. Aunque tradicionalmente se asocia con las regiones vinícolas de Europa, hoy en día no es necesario viajar tan lejos para ser parte de esta experiencia cultural.
En definitiva, la pisa de uvas merece ser apreciada y preservada. Esta antigua práctica no solo representa una técnica tradicional de producción de vino, sino que también es una manifestación de la dedicación humana, la conexión profunda con la tierra, y la búsqueda incansable de la excelencia en cada cosecha.
Históricamente, la pisa de uva se realizaba con los pies descalzos, un método que permitía evitar que las pepitas se rompieran durante el proceso, preservando así la pureza del jugo extraído. En algunos pueblos, esta labor se llevaba a cabo con zapatillas de esparto, otra técnica que aseguraba un proceso delicado y respetuoso con la materia prima.
Hasta hace poco, la pisada tradicional de uvas quedó relegada a bodegas familiares. Esto se debió a la aparición de máquinas capaces de efectuar esta labor, lo que llevó a la disminución de esta práctica artesanal. Sin embargo, en muchos viñedos en México, siguen preservando este ritual milenario, el cual ha sido revivido, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de conectar con una parte esencial del patrimonio vitivinícola.
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Historia y tradición de la pisada de uvas
La pisada de uvas, consiste en hacer vino con los pies, una tradición que ha existido desde los inicios de la producción vinícola por parte del ser humano. Esta práctica ancestral está documentada en civilizaciones antiguas como Egipto, Grecia, y Roma, donde se encuentran numerosas representaciones iconográficas de la pisa de uva en mosaicos, frescos y pinturas.
Roma, fue una de las culturas pioneras en el desarrollo de la vitivinicultura y en la transmisión de estos conocimientos a futuras generaciones. Los manuales de agricultura romanos que han sobrevivido hasta nuestros días ofrecen un valioso conocimiento sobre los recipientes utilizados para la producción y conservación del vino. Un elemento central en la vitivinicultura romana es el lagar, una prensa tradicional que jugó un papel crucial en las culturas como la fenicia y el imperio cartaginés. Hasta el siglo XIX pisar uvas fue el método más extendido de transformación del fruto en vino.
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La importancia de la música en la pisada de uvas
La pisada de uvas no solo es una técnica tradicional de elaboración de vino, sino que también nos ha dejado un patrimonio etnográfico. Un aspecto fundamental de esta tradición es la música que acompaña el proceso. La música de fondo se utiliza para marcar el ritmo de la acción de pisar las uvas, convirtiendo la actividad más festiva.
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Los cantos conocidos en algunas regiones como “cantar de vendimia”, son destacados durante este proceso. Estas melodías no solo proporcionan ritmo, sino que también refuerzan la conexión comunitaria y celebran la cosecha. Este enfoque en la música subraya la importancia de mantener vivas las tradiciones que van más allá de la simple producción de vino, preservando así un legado cultural que ha sido transmitido de generación en generación.
Este legado cultural no solo refleja la importancia del vino en estas sociedades, sino que también destaca la evolución de las técnicas vitivinícolas que aún hoy forman parte fundamental del proceso de elaboración del vino en muchas regiones del mundo. La pisa de uva sigue siendo un símbolo de la conexión entre el hombre, la tierra y la tradición vinícola que ha perdurado a lo largo de los siglos.
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Para realizar el pisado, es esencial dominar la técnica adecuada. El pisado se realiza desde el centro del lagar hacia los extremos, lo que no solo maximiza la extracción del jugo, sino que también facilita un proceso de fermentación óptimo. Esta técnica de pisada de uvas permite ejercer la presión necesaria sobre las uvas, promoviendo un contacto con las levaduras naturales encargadas de la fermentación.