Tlaquepaque es un Pueblo Mágico, ubicado en Jalisco, que esconde secretos culturales y gastronómicos que no todos conocen. Hoy te contamos de cinco puntos de visita obligada en el destino, una vez que llegues a él. Toma nota, porque nos esforzamos especialmente para hacerte la mejor curaduría.
Por Isis Malherbe
¿Por qué ir a Tlaquepaque?
El pueblo de Tlaquepaque, además de tener encantadores paisajes pintorescos, posee un distinguido aporte gastronómico y cultural. Se pueden encontrar allí muchas tiendas y talleres de artesanías donde se producen objetos de cerámica, vidrio soplado, textiles, joyería de plata, entre otros productos.
Las artesanías son una parte importante de la economía local y también un medio para preservar la cultura y las tradiciones de la región. Tlaquepaque es famoso por sus festivales y celebraciones, como la Feria Internacional del Arte, que atrae a turistas y visitantes de todo el mundo.
No obstante, su cocina también plasma la historia de sus antepasados, la cual hoy es un orgullo nacional. Algunos de los platillos más representativos son las cafiaspirinas, la torta ahogada, el menudo, la birria de chivo o la carne tatemada en pencas de maguey, entre otros.
En nuestro recorrido de fin de semana por este pueblo mágico pudimos disfrutar de propuestas gastronómicas, museos, talleres de cerámica y monumentos que son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
1. Restaurante Bravo Cocina y Agave
Este lugar se encuentra en contra esquina del Santuario de Nuestra Señora de la Soledad. Su decoración es minimalista y sobria. Su menú contiene entradas, platos fuertes y postres, los cuales son elaborados con ingredientes que provienen de otros países.
Es una cocina fusión que presenta a los comensales gastronomía típica de México. Sus platillos estrella son el aguachile negro con salsa de vegetales tatemados, hueva de salmón, chía crujiente y flor de borraja.
Al pedir un plato fuerte, puedes degustar castacán en mole almendrado con panza de cerdo, puré de coliflor, cuscús de coliflor, chamorro en adobo o en cerdo, acompañado de chiles rojos, frijoles, ensalada de nopales y tortillas hechas a mano. Por último, como postre, no olvides el arroz con leche o flan de elote.
En la pared se encuentra un mural en 3D, pintado por el artista Carlos Alberto, quién ha expuesto en Alemania, Francia y otros. Los domingos realizan barbacoa de borrego estilo hidalgo, elaborada con penca de maguey en hoyo y venden pulque.
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2. Cielito Lindo
Esta casona cuenta con un diseño contemporáneo, espacios amplios y en su techo cuelgan lámparas de luces por todos lados.
Asimismo, en el patio tiene un árbol frondoso, una fuente de agua y mesas para los comensales que buscan algo más tranquilo. Por las tardes se pueden escuchar el canto de los pájaros y el viento templado.
El lugar se caracteriza por crear su propia cerveza artesanal, la cual ofrece una experiencia inigualable a los clientes que las prueban. Algo distintivo de su cocina es que en muchos platillos fusionan sabores dulces con salados.
Los platillos que no te puedes perder son los aguachiles de mango y de salsas negras, panza frita de cerdo, sopes de lengua frita en tuétano, pollo en mole almendrado o las ‘greñas fritas’, que son una carne deshebrada marinada en salsa y chicharrón de camarón, con tortillas hechas a mano.
3. Talleres Nuestros Dulces
Esta confitería ofrece una variedad de dulces tradicionales mexicanos y golosinas artesanales. Asimismo integra talleres donde los visitantes pueden aprender a hacer cajeta, chocolate, mazapán y rompope al estilo Jalisco.
Estos talleres son una forma divertida e interactiva de experimentar la cultura tradicional mexicana y aprender más sobre el arte de los dulces típicos.
La chef chocolatier Cristina Taylor es amante del cacao y los sabores que de él se desprenden. Ella es la anfitriona que describe a detalle los distintos tipos de chocolate que provienen de la Selva Lacandona y en el Rancho del Lago en Chiapas.
Degustar un chocolate, ya sea de chile serrano, de chai, anís, piñón, nuez y canela, acompañado con un shot de tequila, es algo que todo los visitantes deben hacer para vivir la experiencia. Si buscas una experiencia cultural única, participar en alguno de sus talleres puede ser una gran opción para ti.
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4. Taller Rodo Padilla
El escultor, originario de Tlaquepaque, se ha especializado toda su vida en diseño cerámico en Nagoya y Tokio, Japón; no obstante, sus obras se exhiben en dos galerías de Tlaquepaque. El ceramista mexicano es conocido por sus obras de arte en arcilla y bronce. Sus creaciones están inspiradas en la cultura mexicana y en la naturaleza.
Al entrar a su taller puedes admirar la gran variedad de piezas diseñadas, las cuales son curadas por artesanas que le dan los últimos acabados antes de ser vendidas.
Sus figuras, conocidas como “los gorditos” surgieron por la exploración de volúmenes geométricos, los cuales hablan de la cotidianidad de los mexicanos y su alegría. Padilla es conocido por su habilidad en el manejo de materiales como la arcilla, el bronce y el hierro forjado para crear esculturas que reflejan la cultura mexicana y la naturaleza.
El artista ha sido galardonado con numerosos premios y reconocimientos por su trabajo. Entre ellos se cuentan el Premio Nacional de la Cerámica en 1985 y el Premio Nacional de las Artes, en la categoría de Bellas Artes, en 2002.
Las obras de Padilla se pueden encontrar en diversas colecciones privadas y públicas en todo el mundo, incluyendo el Museo de Arte Moderno de México, el Museo Franz Mayer y el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, entre otros.
Además, ha impartido talleres y conferencias en México, Estados Unidos y otros países, para compartir su técnica y conocimientos con otros artistas.
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5. Jardín Hidalgo
Es uno de los principales atractivos turísticos de la zona debido a su belleza y ambiente tradicional. Cuenta con una fuente en el centro, rodeada de bancas y áreas verdes, que siempre invitan a pasar ahí la tarde.
También hay árboles y plantas típicas de la región, como jacarandas y buganvilias, que agregan color y sombra al lugar. En el jardín a menudo se realizan actividades culturales y festivales, como la Feria Internacional del Arte de Tlaquepaque, que se celebra cada año en noviembre.
Además, el Jardín Hidalgo está rodeado de tiendas de artesanías y galerías de arte que venden productos típicos de la región, como cerámica, vidrio soplado, textiles y joyería de plata. Los visitantes pueden disfrutar de la belleza del jardín mientras compran y exploran la cultura local.
