Por Gabriela Rentería
Nada le sobra y nada le falta a este pequeño lugar enclavado en una tranquila calle de la colonia Cuauhtémoc. Cuatro mesas y una barra para el mismo número de comensales; dos chefs japoneses detrás de ésta, una decoración que llama a la intimidad y un pizarrón que anuncia los vinos y especiales del día. El tipo de lugar que uno agradece encontrar. Con el escenario, apenas comienza la experiencia que se hace única cuando comienzan a desfilar los platillos del omakase o menú degustación, todos elaborados con pesca fresca del día, con la inventiva y perfección técnica del cocinero japonés Hiroshi Kawahito que llegó a México –esperemos– para quedarse.
Cortes de sashimi que rayan en lo perfecto; preparaciones sencillas pero con un toque creativo y personal como los mejillones al sake, las berenjenas ohiyash o el cordero kushi-age. Ocho tiempos que, desde luego, cambian todos los días, en su versión para comida y cena, dependiendo de los ingredientes que haya detrás de la barra. Nada se congela, nada se guarda, todo viene directo del mar y del mercado a la mesa. Fuera del menú, resalta la selección de nigiris, rollos (el favorito es el Toro negi) y especiales como el tempura aguacate o el tofu Rokai. La carta de vinos del día es concisa y precisa: los mexicanos ganan espacio (probé un magnífico Boceto y el Incógnito, ambos tintos y del Valle de Guadalupe) y también encuentras joyitas como el Jordan, un chardonnay californiano.
Con apenas unos meses de existencia, el éxito de este lugar está muy bien fundamentado en una fórmula que no falla: materia prima de excelente calidad, expertos manipulándola, precios justos, buenos vinos y, por supuesto, el ambiente inconfundible que da la complicidad ¡Larga vida a Rokai!
Sentarte en la barra es toda una experiencia. Verás muy de cerca cómo Hiroshi hace los cortes perfectos de sashimi y tendrás oportunidad de apreciar la frescura de cada ingrediente .
Río Ebro 87, Cuauhtémoc
Tel. 5207 7543
@rokaimexico
