Ubicada a poca distancia de la ciudad colonial de Cartagena de Indias, Barú es una isla de Colombia que te sorprenderá.
Este pequeño y encantador archipiélago de origen coralino, es un pedazo de paraíso en la tierra. Sus playas blancas y el agua cristalina invitan a los amantes del sol y la playa a sumergirse en este paisaje maravilloso.
En un paraíso natural y tropical con aguas azul turquesa y una playa de arena blanca, en Barú viví días de sol, arena y descubrimiento.
Foto de Sofitel.
Desde una aventura de snorkel por coloridos corales, repletos de vida marina, hasta una increíble buceada entre barcos hundidos y esculturas sumergidas. Los deleites del destino se encuentran por debajo y por encima de las olas.
En una de las mejores experiencias de buceo que he vivido, me encontré con un mundo subterráneo de esplendor, desde langostas hasta pez globo, dentro del entorno de un barco hundido.
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Sofitel Barú Calablanca Beach Resort
Este hotel combina en cada uno de sus espacios el encanto, la sofisticación y el refinamiento del estilo francés con la hospitalidad y cultura caribeña. Todo en un entorno natural y biodiverso donde la diversión y la relajación no tienen límites.
Con ADN Parisino y alma auténticamente latina, el lugar es el resultado de la unión de dos mundos. Este complejo hotelero logra equilibrar el diseño arquitectónico con la naturaleza, apostando por la sostenibilidad ambiental.
Foto de Sofitel.
Aquí, cada instante es mágico, pues este setting es el portal ideal para un sinfín de experiencias únicas.
Desde mi llegada a la costa de Barú, atravesando las turquesas aguas del Mar Caribe en barco, comencé a vislumbrar el resort, jugando con los colores de la naturaleza que lo rodea.
Adentrándome en esta joya arquitectónica, mi aliento fue robado por la belleza, el arte, el diseño y un estilo único que nos inspira a dejarnos llevar.
Foto de Sofitel.
Disfrute también del SPA, donde viví una de las experiencias Signature de este hotel: el tratamiento ayurvédico. Éste, es crucial a la hora de recuperar el equilibrio de energías con un efecto positivo en el cuerpo. Aquí nos podemos desconectar de todo lo que nos rodea.
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Cocina fusión con ingredientes colombianos
En los diferentes restaurantes del hotel, se viven experiencias gastronómicas singulares y originales.
Disfruté de los frescos sabores de ingredientes locales en el “regional Fish Market” del restaurante La Bahía, una creación del chef ejecutivo Patrick Guaus, ubicada en la playa con una exclusiva parrilla de cocción lenta.
Aquí, deliciosos platillos combinan a la perfección con cócteles caribeños e integran elementos colombianos con sofisticación francesa.
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El restaurante y bar Humo, solo para cenas, tiene un concepto de parrilla robata inspirado en la cocina japonesa, china, tailandesa, francesa y peruana.
Los aromas de la parrilla acompañan al ambiente sofisticado e internacional de Humo, donde me deleité con manjares como nigiris, tuétano con tomates deshidratados y el bonsái de chocolate.
En la suite me dejé llevar por una experiencia singular: un desayuno flotante, completo y delicioso, en mi propio jacuzzi, donde brinde con unas ricas burbujas por la vida y este destino de playa que me enamoró.
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