Hong Kong es uno de los lugares con sabores más fuera de lo común que podemos encontrar en este mundo. Sin temor a experimentar con ingredientes, se atreven a hacer mezclas con especias y animales para dar como resultado sorpresas variadas. Una de ellas es el vino de serpiente, que Eddie Lin, autor de “Extreme Cuisine” y fundador de Deep End Dining describe con “un sabor directo: vino de arroz con un acabado de proteína, como un pollo que sabe a pescado”.
Aunque originalmente el vino incluye alcohol y serpiente, en ocasiones también se le agregan hierbas y especias para mejorar su sabor, unas de las más comunes con las bayas de goji o el ginseng. Otra de las prácticas alimenticias poco comunes en Hong Kong consiste en cortar la cabeza de algunos reptiles para beber su sangre en un vaso tequilero que también se puede mezclar con bilis y alcohol.
El deseo de agregar serpientes al vino surgió a raíz de las prácticas de medicina tradicional china donde se considera que las serpientes tienen propiedades reconstituyentes y revitalizantes que contribuyen a mejorar distintos aspectos de la vida diaria desde la virilidad hasta dolores de espalda o la caída del cabello. Este vino se compone de una infusión donde las serpientes se agregan completas al vino de origen chino y permanecen añejando la bebida, comúnmente se agregan las serpientes aún con vida a la jarra con vino de arroz o alguna variante del mismo para que repose algunos meses, teniendo mayor preferencia por las serpientes que son venenosas para que impregnen el trago con su esencia sin causar daños por su veneno, ya que al encontrarse con el etanol de la bebida alcohólica, pierde las propiedades que lo hacen peligroso.
Curiosamente, algunas serpientes han sobrevivido estando en la botella gracias a que pueden hibernar y quien llegue a destapar la botella para despertarla, corre la mala suerte de que les claven sus colmillos. Con todo lo anterior ¿te atreverías a probarlo?
Con información de bbc.com
Por Ingrid Cubas @ingrid_cb
